Busca el placer a dos velocidades.
¿TE ENCIENDE LA IDEA DE UN ENCUENTRO FURTIVO O ERES DE LAS QUE NECESITAN LOS JUEGOS PRELIMINARES PARA ENTRAR EN CALOR? ATENTA A NUESTRO ANÁLISIS SOBRE EL ‘QUICK’ Y EL ‘SLOW SEX’.
Es tan tierno y excitante llegar a casa y que tu pareja haya llenado vuestra cama de pétalos de flores, encendido unas velas aromáticas y puesto vuestra canción favorita... Si, además, te sorprende con un masaje erótico con aceites esenciales y te susurra cosas bonitas al oído... ¡ya lo borda! Desde luego, no hay mejor forma de crear un clima excitante y elevar la temperatura de vuestra relación. Pero también hay días en los que no estás para tanto romanticismo. Para qué engañarnos, hay ocasiones en las que nada más verle se te erizan hasta las pestañas y el cuerpo te pide a gritos que te arranque la ropa, te suba a la mesa de la cocina y te haga llegar al éxtasis allí mismo, en un pispás, sin tantas contemplaciones... ¡Lo que viene siendo un «aquí te pillo, aquí te mato» en toda regla! De hecho, numerosos expertos apuntan que la clave para disfrutar de una sexualidad plena y satisfactoria reside precisamente en combinar el quick sex con el slow sex. Lara García Ferreiro, psicóloga de la clínica madrileña El Prado, diferencia ambos tempos e insiste en que «tiene que haber un momento para todo: un arrebato de pasión desenfrenado y un sexo más pausado en el que los juegos y las caricias sean la antesala del encuentro sexual». Y añade: «Lo ideal es combinarlos para alcanzar un equilibrio y conseguir más conexión con la otra persona». Toma nota de nuestros consejos.