SÉ UNA SABELOTODO.
YA NO HAY QUE SER UN ‘CEREBRITO’ PARA ENCONTRAR TRABAJO. TUS ‘HOBBIES’ Y TUS HABILIDADES RESULTAN CLAVES.
Toma nota de los extras que debe haber en tu currículum para encontrar trabajo.
Seguro que has oído alguna vez eso de «aprendiz de todo, maestro de nada». Es decir, que cuanto más experta seas en algo, mejor. En bachillerato ya toca elegir entre Ciencias, Humanidades o Artes y en la universidad la cosa se complica: este curso se ofertan 2.855 grados –un 19% más que el pasado– cada vez más especializados. Entonces, ¿por qué un 24% de los directivos, según un informe de la compañía Manpower, tiene problemas para encontrar talento? Quizá las tornas han cambiado y, como el autor estadounidense de ciencia ficción Robert A. Heinlein escribió en los setenta, «un ser humano debería ser capaz de cambiar un pañal, planear una invasión, diseñar un edificio, componer un soneto, hacer un balance financiero, cocinar algo delicioso. La especialización es para los insectos». El concepto de hombre del Renacimiento, que sabe de todo –y además le gusta–, se impone para encontrar un nuevo trabajo o alcanzar el éxito en el puesto actual, pero resulta clave saber cómo sacarle el máximo partido.
LOS OTROS REQUISITOS
Las ofertas de empleo clásicas que exigían unos estudios y una experiencia determinados han pasado a la historia. «Ya no son condiciones únicas para acceder a un puesto. La capacidad de aprendizaje, el trabajo en equipo, el pensamiento crítico y la innovación cobran cada día más protagonismo en los procesos de selección», confirma Encarna Maroño, directora de Organización y Soluciones de Adecco. Entre todos esos nuevos requisitos, la capacidad de comunicación toma la delantera. En el informe sobre escasez de talento de Manpower se subraya que el 56% de los empresarios valora ante todo cómo se expresan los empleados.
Los puestos donde existe trato directo con el cliente o donde se trabaja en equipo son los que más demandan perfiles generalistas. También se buscan en los negocios digitales y de tecnología: «El programador expertísimo o el diseñador estrella no sirve si no se adapta a las necesidades del cliente.
Y eso va más allá de las destrezas técnicas», señala Begoña Puente, profesora del departamento de Dirección de Personas y Organización de ESADE.
¿TODO VALE?
Ya tienes claro lo que se busca hoy en día pero el problema es cómo adquirir esas habilidades. La solución no suele estar en las aulas o, al menos, no sólo en ir a clase cada día. Por ejemplo, el diseño y las tipografías de los Mac no serían como son si Steve Jobs no hubiera ido a un curso de caligrafía. Ni Miuccia Prada se habría atrevido a subir mochilas de nylon y zapatos planos a la pasarela –con todo el significado que ello implica– si no hubiera estudiado Ciencias Políticas y Teatro. David Epstein, autor de Range: Why Generalists Triumph in a Specialized World (en España lo publicará a final de año Ediciones Urano), pone otro buen ejemplo en su libro. «Comparados con otros científicos, los que han ganado el Nobel tienen hasta 22 probabilidades más de ser también actores, bailarines o magos. Los expertos más exitosos pertenecen a un mundo más amplio». Esto no quiere decir que haya que empezar a matricularse en mil cursos. Haber sido delegada de clase, tocar el piano, jugar en un equipo de baloncesto o ser una viajera empedernida es suficiente. «Para todo eso se necesita saber gestionar conflictos, ser constante o tener capacidad de adaptación», apunta Encarna Maroño. Apuntarse a los programas de formación de la empresa o algo tan sencillo como leer también ayuda.
VENTAJA ‘MILLENNIAL’
El principal motivo que ha colocado a los perfiles generalistas en primera línea es el propio entorno empresarial. Cada vez es más cambiante, dinámico… Y cada vez lo hace más deprisa. Para la generación millennial eso no representa un problema, todo lo contrario. «Tiene a su favor que sabe lo que quiere y no le cuesta cambiar para conseguirlo. Además, suelen ser perfiles multitarea y exigen un desarrollo profesional a su empleador. Lo importante es que todo eso lo hagan con un objetivo, el de seguir construyendo su carrera», concluye Begoña Puente.