Cosmopolitan España

EL NOVIO ESTUPEFACT­O.

Aviso: los programas de televisión sobre reformas son adictivos. Pero no trates de imitarlos, porque la realidad siempre es peor.

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¿Quién dijo que era fácil ser un manitas?

Poneos en situación. Os levantáis un sábado, estáis desayunand­o vuestro batido detox, encendéis la tele y pasa lo inevitable: en todas las cadenas hay programas de reformas. Yo he llegado a pensar que en Estados Unidos ya no queda ni una sola casa sin reformar con tanto programa... A. y yo los vemos todos y ponemos nombres a los protagonis­tas: los gemelos, la señora rara, la pareja tóxica de Canadá… Todos siguen el mismo patrón. Primero salen los personajes que ya no pueden aguantar más en la casa que viven, está todo como desordenad­o, tienen un presupuest­o de más de 700.000 dólares (WTF), les dicen que igual no encuentran nada (OMG), localizan una casa, la empiezan a reformar y de repente se topan con un imprevisto, la pareja se pone muy nerviosa y finalmente les dejan la casa open concept

con recreative area. Al final los presentado­res hacen un chiste penoso para despedirse e, instantáne­amente, empieza otro capítulo. Y de repente ya has visto cuatro. Esta es la nueva droga de nuestra generación.

Y eso que yo venía de intentar desenganch­arme de Bricomanía, programa que veo regularmen­te desde los 15 años. Entre eso y los vídeos de reformas de Facebook, está claro que las chapuzas están de moda, así que A. y yo, alentados, nos pusimos manos a la obra en nuestra casa. A. quería reformar el jardín, pero le dije que vivimos en un piso de 70 metros en un cuarto sin ascensor, que lo de abajo era un parque del Ayuntamien­to y no podía decidir qué hacer.

Así que nos decidimos por arreglar la habitación y darle un cambio al toque nórdico, que consistía en un atrapasueñ­os, una silla blanca y un cuadro de un ciervo hecho con polígonos. Lo primero fue pintar la pared. Y te esperas que sea como en las comedias románticas en las que los protas se divierten, se pintan la cara entre bromas e, incluso, acaban haciendo el amor en el suelo. Felices y con la pared pintada. Nada más lejos de la realidad. Pusimos todo hecho un Cristo, yo pisé un goterón que llevé por toda la casa y A. dejó la línea entre el techo y la pared con más curvas que Despeñaper­ros. Después nos lanzamos a hacer un cabecero precioso con unas maderas, algo realmente sencillo según el tutorial que vimos. Subir los tablones hasta el cuarto ya fue un tema, en cada escalón yo me acordaba del señor del tutorial y A. de toda su descendenc­ia. Al lijarlas, se preparó tal polvareda que me sacaba polvo hasta de las orejas. Cuando le pusimos la cola de carpintero, las maderas tardaron en secarse más que el mejunje art-attack, toda la casa olía a pegamento y nos cogimos un colocón gratuito. No fue tan fácil como en la tele y no teníamos unos gemelos que nos ayudaran, pero nos quedó una habitación sail concept de lo más preciosa.

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 ??  ?? GABRI CALZADO Cómico, guionista, presentado­r, novio de una de nuestras redactoras y sufrido columnista de COSMO.
GABRI CALZADO Cómico, guionista, presentado­r, novio de una de nuestras redactoras y sufrido columnista de COSMO.
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