Cosmopolitan España

A PUÑETAZOS.

Entra en el ring y disfruta de los beneficios del boxeo.

- TEXTO: ALEJANDRA YEREGUI. FOTOS: NICK ONKEN.

En el ring, flota como una mariposa y pica como una abeja » , decía Muhammad Ali, para muchos el mejor boxeador de todos los tiempos. La lucha con puños, un deporte que se practica desde el año 4.000 a. de C., es una disciplina que pone a prueba tu agilidad, estrategia y resistenci­a. Pero, ¿por qué cada día tiene a más gente enganchada? Según el Consejo Superior de Deportes, en 2017 había 494 salas de boxeo en España, mientras que ocho años atrás no superaban las 43. Este crecimient­o se debe a la variedad de alternativ­as que existen, desde el fitboxing, una fusión con el fitness que se hace con música, hasta el modo clásico en clubs boutique con cuadriláte­ro incluido. Si sigues leyendo, no lo dudes: querrás combatir.

REVOLUCIÓN EN FEMENINO

Ha costado trabajo, pero clichés como que «el boxeo no es para chicas» ya forman parte de la prehistori­a. El número de mujeres federadas en España pasó de 445 en 2016 a 2.059 al año siguiente. Quizá porque para ponerte unos guantes no necesitas tener, ni mucho menos, las aptitudes de Joana Pastrana, la madrileña tricampeon­a del mundo. El boxeo –y sus versiones– es perfecto para cualquier mujer que busque un deporte con una dosis extra de adrenalina. Por eso no es una casualidad que sea la opción de moda entre cantantes como Taylor Swift y top models como las hermanas Hadid, Karlie Kloss, Rosie Huntington, Sara Sampaio y Adriana Lima.

EL MEJOR ‘QUEMAGRASA­S’

«Una de sus ventajas es que tonifica y resulta eficaz en zonas conflictiv­as como brazos, abdomen, pecho, glúteos y piernas (sin ensanchar estas). ¿Se arriesgarí­a una estrella a practicar un ejercicio que modificara su talla y le hiciera perder contratos millonario­s?», comenta César Barbosa, director de los clubs Fightland, con un 50% de mujeres entre sus socios. En una clase de boxing sin contacto se trabaja la fuerza, la capacidad aeróbica y la coordinaci­ón utilizando el propio peso corporal; por eso, tiene el premio al entrenamie­nto quemagrasa­s más eficiente. Entre otras cosas, logra aumentar el metabolism­o, así que incluso horas después de haber colgado las manoplas, seguirás fulminando calorías. Es un deporte muy completo que exige de todo el cuerpo: las piernas para moverse rápidament­e, la zona media para girar y la parte superior con sus extremidad­es para golpear. Ya desde el calentamie­nto, las pulsacione­s se ponen a mil con ejercicios que pueden ir desde carreras a saltos de comba, sentadilla­s, exigentes burpees (flexión de codos y salto vertical) o abdominale­s. Aunque la parte más explosiva llega con los golpes al saco en intervalos dirigidos de alta intensidad, perfectos para moldear bíceps y tríceps. Además, la rotación constante del tronco obliga a activar los rectos y oblicuos durante toda la sesión. ¡Volverás a marcar cintura!

NOQUEA LOS PROBLEMAS

Si estás pasando por una racha de mucho estrés, lanzar directos, ganchos o crochets dejará KO tus tensiones diarias y mejorará tu concentrac­ión. Porque entrenar como una luchadora te hará pensar como tal. La inspirador­a frase

«45 minutos que te preparan para la vida» resume el método de Veevo (veevo.es), con centros en Barcelona y Valladolid. En tres cuartos de hora de clase grupal, el monitor propone entrenamie­nto funcional y fitboxing, es decir, golpes al saco o por parejas sin contacto en ejercicios dirigidos y coreografi­ados con música, junto a mensajes de mental training durante toda la sesión. Al final, hay unos minutos de meditación. «Además de ser una sesión física muy intensa, se trabajan técnicas de empoderami­ento, mindfulnes­s y life coaching para liberarnos de hábitos improducti­vos. Hay risas, compañeris­mo, retos, dificultad­es, relajación, desconexió­n… ¡Es como la vida misma!», apunta Alejandro Catalina, uno de los fundadores de esta cadena de gimnasios

boutique. Para no caer en la monotonía, puedes elegir entre seis programas.

GOLPES SOLIDARIOS

Está probado que este deporte genera endorfinas, las hormonas de la felicidad. Y más con filosofías como la de los centros Brooklyn Fitboxing (brooklynfi­tboxing.com), que huyen de lemas de viejos tiempos como No Pain No Gain (o lo que es lo mismo: sin dolor no hay recompensa). Su propósito es cambiar el estado de ánimo de las personas que entrenan mediante la motivación positiva. Las sesiones duran 47 minutos, varían cada 15 días y se realizan en grupos reducidos, con un entrenador. Tendrás por delante el reto de ocho asaltos al punching ball alternados con trabajo de glúteos, brazos y abdomen entre round y round. «Nuestros sacos tienen una tecnología patentada de sensores capaces de medir la fuerza con la que se golpea y si se ha seguido el ritmo de la música. Según cómo hayan trabajado nuestras fitboxers reciben puntos de karma, que pueden donar a uno de los cuatro proyectos solidarios en los que colaboramo­s con Médicos Sin Fronteras, Mission

Blue, Save the Children y Cool Earth», afirma Jesús Blanco, master trainer de esta cadena que cuenta con 130 localizaci­ones en diez países y que aporta el 1% de su facturació­n a las ONG.

MEJOR EN EL CLUB

Boxear es toda una experienci­a que vale la pena vivir en un entorno agradable donde tener la sensación de pertenenci­a a una comunidad. Por eso, los usuarios prefieren hacerlo en estudios especialme­nte concebidos para practicar esta disciplina y sus variantes. Según el informe Nielsen Consumer Fitness Report, los grandes gimnasios que ofrecen modalidade­s como body combat o kickboxing pierden

El boxeo es un deporte de superación, de lucha contra ti misma, y antiestrés

socios frente a los clubs boutique. De hecho, el 4,77% de los usuarios de la plataforma y app deportiva One Fit, que te permite ir variando de lugar y tipo de entrenamie­nto, buscan este espacios más exclusivos para sus combates.

VUELTA A LOS BÁSICOS

Si no quieres saber nada de pulsómetro­s, cuentacalo­rías, pantallas digitales y música que marque tus tiempos, estás de suerte porque existen propuestas fieles al entrenamie­nto clásico de esta disciplina y que, sin embargo, no pierden un ápice de diversión, como Fightland (fightland.es). «Los sistemas de medición que utilizamos son los tradiciona­les: tu camiseta empapada, la ropa cada vez más holgada, tu cuerpo más tonificado y flexible y la sonrisa de satisfacci­ón al terminar la clase. Nos gusta decir que no podemos hacer tu vida más fácil, pero sí volverte más duro», cuenta su director general, César Barbosa. La única diferencia con el entrenamie­nto de un boxeador profesiona­l es que no hacen guanteo con contacto. La sesión dura una hora y consiste en un calentamie­nto muy intenso de diez minutos de cardio con TRX y comba, entre otros. Después, por parejas, se van practicand­o las técnicas de boxeo que el monitor cualificad­o explica cada día: golpes, defensas, desplazami­entos, combinacio­nes, esquivas, bloqueos, etc. Tampoco falta el trabajo en el saco con ejercicios dirigidos de alta intensidad. Pero si lo tuyo es traspasar barreras y quieres experiment­ar qué se vive de verdad dentro de un ring, puedes sentirte como Hilary Swank en Million Dollar Baby, de forma segura y controlada, en Morales Box (moralesbox.com). Al mando de esta boxing boutique con varios centros en Madrid está Cristian Morales, bicampeón de España de peso ligero y campeón del mundo hispano, que ofrece su propio método de boxeo sin contacto en clases creativas en las que aprender bien la técnica es uno de sus objetivos. Las boxers más experiment­adas tienen la oportunida­d de hacer una sesión de sparring (competir contra otra compañera de tu mismo nivel) simulando una pelea. El cuadriláte­ro se ubica en un acogedor espacio diáfano, el combate siempre está supervisad­o y controlado por un monitor experiment­ado y es obligatori­o el uso de protección bucal y casco.

APRENDE A DEFENDERTE

Más allá del boxeo y del fitness, las artes marciales también pueden ayudarte a resolver situacione­s incómodas o de conflicto. Entre las que acuden a clases de defensa personal hay desde adolescent­es y mujeres que quieren tener una primera toma de contacto por curiosidad o porque han vivido una situación de insegurida­d, hasta otras que han sido víctimas de violencia. «Ya en la primera sesión aprenden herramient­as para repeler una agresión por parte de alguien más fuerte utilizando sus puntos vulnerable­s», explica David Aranda, experto en defensa personal en Boutique Gym by Martín Giachetta de Madrid. Practican por parejas técnicas ante un golpe o agarres en los brazos, el pelo, el cuello o por la espalda, usando elementos corrientes como una botella de agua, el bolso, la mochila, las llaves o el bolígrafo. Además, trabajan formas de impactar sin hacerse daño y a defenderse desde el suelo. «Mi base es el kung-fu aunque incorporo disciplina­s como judo, muay thai, defensa personal femenina y kárate», añade el experto. Queda claro que con entrenamie­nto, determinac­ión y valor puedes ganar el asalto.

Lo último son los sacos con sensores que miden la potencia y el ritmo de los golpes

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