LOS RIESGOS DE VAPEAR VITAMINAS.
«No ingieras los nutrientes, fúmatelos». Eso es lo que predica la última tendencia para cuidarse. Pero, ¿es tan saludable como promete? Preguntamos a los expertos.
Hablan los expertos.
Ni comprimidos, ni cócteles inyectados. La nueva forma de tomar vitaminas es vapeándolas a través de una especie de bolígrafo electrónico desechable. Esta tendencia está pegando fuerte en las redes, donde algunas influencers como Lily Allen, Pandora Blue, Dose Of Farrah o Elyssa Rose la han puesto de moda, hasta el punto de que ya se habla de ellas como las vape girls (de hecho, si introduces en Google este término, te saldrán casi 25 millones de resultados, una muestra de que la fiebre del vapeo no conoce límites). En realidad, cualquiera puede imitarlas: basta con meterse en las páginas web de VitaStik, VitaCig, VitaminVape o BreatheB12 y hacerse con un inhalador multivitaminado a golpe de clic. El esfuerzo (sólo hace falta respirar) y el gasto (los hay desde 15 dólares, unos 13,50 euros) son mínimos. Su gran baza, según anuncian, es que contienen diferentes nutrientes (cuyo efecto se
complementa con la aromaterapia) y que son cien por cien naturales. La mayoría sólo aporta vitamina B12, pero otras compañías la aderezan con extractos y aceites esenciales procedentes de plantas, como el ginseng, el ginkgo biloba, la lavanda, el ylang ylang, el té verde, la valeriana, el eucalipto o el mentol. VitaStik, por ejemplo, ofrece hasta doce fórmulas, según el objetivo: controlar el estrés y la ansiedad, respirar o dormir mejor, mejorar el aspecto de la piel, aumentar la vitalidad… Además, afirman que están libres de nicotina y otras sustancias químicas habituales en los cigarrillos electrónicos (diacetil, acetil propionil y propylene glicol).
¿CUMPLEN SU FUNCIÓN?
A priori, todo parecen beneficios. Pero si nos atenemos a lo probado, es difícil conocer la composición de estos productos; entre otras cosas, porque no están regulados por la FDA (organización americana encargada del control de alimentos y medicamentos). Es más, suponiendo que incluyesen la citada vitamina B12, esta vía de administración no sería útil ya que, como explica Natalia Quintero, nutricionista y especialista de la marca de complementos alimenticios Nutrilite, «las vitaminas se asimilan con la digestión y esta, para poder ser absorbida, tiene que unirse a una proteína llamada factor intrínseco que se segrega en el estómago». Pero lo verdaderamente peligroso no es que no cumplan lo que prometen, sino su mecanismo de administración, bastante similar al de los cigarrillos electrónicos.
NO HAY NADA INOCUO
Desde el Observatorio de la Profesión Sanitaria, los médicos, farmacéuticos, dentistas y fisioterapeutas afirman que los pitillos electrónicos «provocan numerosos daños a corto y largo plazo». No hay más que ver lo sucedido en los últimos meses en Estados Unidos, donde han muerto 39 personas y más de 2.000 han sido hospitalizadas. Al parecer, el responsable es el acetato de vitamina E, un producto químico utilizado para la elaboración de vapeadores ilegales que contienen THC (tetrahidrocannabinol), aunque las autoridades sanitarias no descartan que haya otros compuestos culpables. Porque la ausencia de nicotina no implica que sean inofensivos: hay sustancias que no mencionan y que, según estudios científicos, son potencialmente cancerígenas, tal como asegura Ricardo Aguilar, neumólogo del Hospital HC Marbella. «A corto plazo, pueden producir inflamación de las mucosas, tos seca y bronquitis, y a largo, lesiones en el alveolo respiratorio, bronquitis aguda crónica, enfermedad pulmonar obstructiva, alveolitis alérgica extrínseca y fibrosis pulmonar», detalla Carlos Jiménez, presidente de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica. Incluso los propios empresarios reconocen que no existe el cigarrillo electrónico inocuo. «Es un 95% menos dañino y su objetivo es reducir paulatinamente la dosis de nicotina hasta lograr que el usuario deje de fumar», afirma Guadalupe Franco, secretaria de la Unión de Promotores y Empresarios del Vapeo. Un último pero: según advierte la farmacéutica Leyre Gaztelurrutia, coordinadora del Grupo de Trabajo de Respiratorio y Tabaquismo de la Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria, vapear «puede generar una dependencia gestual y ser la vía de entrada a acabar fumando». En España, de momento no verás vapeadores saludables porque la ley prohíbe que los productos del tabaco contengan vitaminas.
A corto plazo, los ‘ vapeadores’ pueden provocar bronquitis, y a largo, fibrosis pulmonar entre otras enfermedades