GUÍA PARA INDEPENDIZARTE.
Los mejores consejos si estás pensando en vivir por tu cuenta.
Por fin ha llegado tu momento. Llevas más de un año en el mismo trabajo, acabas de firmar un contrato indefinido y sientes que tu habitación, que antes era tu refugio, se te ha quedado pequeña. ¡Es hora de independizarse! En España hemos retrasado esta decisión, de media, hasta cumplir los 29 años. En el resto de Europa, la edad baja a los 26. Y si miramos a los países nórdicos, nos encontramos con que allí vuelan del nido a los 21. Lo dice Eurostat, pero no hace falta recurrir a fuentes oficiales. Basta con que mires a tu alrededor: ¿cuántos amigos –a excepción de los que se tuvieron que marchar fuera para estudiar– se han ido antes de los 28? ¿Alguno vive solo o posee una casa (hipoteca también vale) en propiedad? Ya tienes la respuesta. Sin datos.
FALTA DE SEGURIDAD
El 60% de los españoles de entre 18 y 34 años reside con sus padres, según el informe La generación del milenio, de CaixaBank. El estudio subraya que «la falta de seguridad en el empleo es el principal factor que paraliza el proceso de emancipación». El 37% de los trabajadores de menos de 40 años tiene un contrato temporal. También se ceban con ellos el paro (17%) y la cuantía de las nóminas.
El INE estima que, entre los 30 y los 34, el salario anual ronda los 20.000 euros. Siempre hablando en términos medios, es decir, los hay más altos y mucho más bajos. «El problema es que para independizarse resulta clave la estabilidad económica y, por eso, es el principal reto», apunta Francisco Sierra, director general del banco móvil N26 en España.
DE ALQUILER, Sê O Sê
La sensación de inseguridad no sólo dilata la salida, también ha cambiado la forma de irse. El alquiler, que para tus padres era una forma de tirar el dinero, se ha convertido en la opción más realista. Un estudio de la Fundación BBVA destaca que la tendencia se ha invertido.
En 2019, el 60% de los que se emanciparon lo hicieron a un piso de alquiler o a uno prestado por un familiar. Hace una década, ese mismo porcentaje se compraba su casa. «Adquirir una vivienda es el mayor desembolso al que puede enfrentarse cualquier persona joven y por eso sólo el 15% de los millennials se plantea ahorrar para hipotecarse en 2020», afirma Sierra. Lo mejor para hacerse una idea de cómo están los precios es darse una vuelta por los portales inmobiliarios. En Idealista vemos que en
Barcelona, el metro cuadrado costaba 4.145 euros en noviembre del año pasado. Lo que significa alrededor de 250.000 euros por un apartamento de 60 metros…
SUMA ESTOS GASTOS
«Al precio de la vivienda, suma los impuestos (un 10% para casas nuevas o un 4% si es de segunda mano), tasación, notaría y gestoría. Y que el banco sólo suele financiar el 80%, por tanto, necesitarías tener ahorrado casi un tercio del total», detalla Francisco Sierra. Antes de animarte con las escrituras, en tu cuenta deberían figurar unos 70.000 euros de nada… Y aun así, el banco tendrá la última palabra para concederte la hipoteca, que, por cierto, cada día es más veces un «no». Visto así, que ese mismo piso –también según Idealista– lo puedas alquilar por 990 al mes, por caro que parezca, es más rentable, sobre todo si te vas en pareja. No existe desembolso inicial y si, después de todo, no te convence el barrio, tus vecinos son una pesadilla o te ofrecen un trabajo en otra ciudad, sólo tienes que avisar al casero con un mes de antelación. Si te vas sola, siempre te quedan opciones como compartir o probar el coliving. «No le recomendaría a casi nadie que comprara su primera vivienda. La emancipación implica siempre un aprendizaje y con el alquiler es más sencillo enmendar los errores», sostiene Ángel Peralbo, director del área de Jóvenes del centro de psicología Álava Reyes en Madrid.
MERECE LA PENA
Junto a la precariedad, existe otro factor que retrasa la salida del hogar familiar: «La comodidad –añade el doctor Peralbo–. Hay a quien le da pereza hasta pensar en la búsqueda de casa. El terapeuta recuerda que, en realidad, lo complicado llega después: «Compaginar el trabajo –a veces los estudios–, el menú semanal, las lavadoras y el ocio; empezar a convivir con tu pareja o con compañeros». Pero que esto en ningún caso te desanime. «Una vez que das el paso, la satisfacción y la posterior sensación de madurez compensará todo», afirma el psicólogo. Ahora, a hacer cajas. ¿O te habías olvidado de la mudanza?
Para que la emancipación salga bien es importante que haya un aprendizaje y con el alquiler es más sencillo enmendar los errores