Buenos con sejos
Antes de acudir al doctor, prepara una lista con todos los suplementos dietéticos y medicamentos que estás tomando. Anota las dosis y frecuencias. Y no dudes en llevar los botes para que analice las etiquetas y su composición.
Cuando tu analítica vuelva a la normalidad, compártela con tu médico o farmacéutico y, si te lo aconsejan, deja de tomar suplementos. Infórmales de cualquier cambio en tu estado, por ejemplo si estás embarazada.
Como en todo, lo barato puede salirte caro, así que no optes por la opción más económica: los productos low cost contienen, a veces, cantidades reducidas del principio activo, sustancias de baja calidad o ambas cosas a la vez.
Para evitar interacciones, espera dos horas entre la toma de tus medicinas y la de los suplementos –acompaña estos últimos con alimentos–. Para facilitar la absorción, toma las vitaminas a base de plantas fuera de las comidas.