AMIGAS… ¿PARA SIEMPRE?
Dicen que nada dura toda la vida. Pero ¿es eso verdad? Aprende a distinguir a esas personas que nunca te fallan.
Aprende a distinguir a las compañeras circunstanciales de las personas que nunca te fallan.
No hubo traición ni mentiras, ni siquiera un pequeño enfado. Sencillamente, Lucía cambió de empresa y de ciudad, y se desvinculó de una de sus mejores amigas, que se quedó en Madrid. «Al principio nos mandábamos whatsapps y nos llamábamos, pero poco a poco fuimos desconectándonos», cuenta esta ingeniera industrial de 32 años, que trabaja desde hace dos en Bilbao. «Nos conocimos en primero de carrera: coincidimos en clase y nos caímos superbién. De hecho, fui su dama de honor cuando se casó… Me da muchísima pena, pero ya no nos hablamos», recuerda.
KILîMETROS POR MEDIO
Hace más o menos un año que Lucía no sabe nada de su amiga y aún le causa tristeza la pérdida. «Quizá haya sido culpa mía… A veces me siento mal por no haber puesto más empeño. Es cierto que he ido un par de ocasiones a Madrid y no la he llamado, pero tampoco ella se ha puesto en contacto conmigo…», dice. Rosa Sabaté, psicóloga y psicoterapeuta, suele tratar en su consulta todo tipo de rupturas, incluidas las de la amistad. «Algunas se viven como un duelo que tiene la misma intensidad que la relación que se pierde. Cuando son amistades que unen desde la niñez, el dolor puede ser más profundo que el de
perder a una pareja», advierte.«Estas situaciones quedan un poco diluidas porque socialmente se considera que una amistad es reemplazable, e incluso que al existir el círculo familiar y el de la pareja, no son tan trascendentales. Sin embargo, la sensación de soledad y abandono puede llegar a ser brutal, sobre todo si el sentimiento era profundo».
En el caso de Lucía, no podemos hablar exactamente de un duelo. «Me fastidió, porque pasábamos bastante tiempo juntas, pero cuando me mudé asumí que mi círculo de amigos iba a cambiar totalmente», reconoce. La situación de Alba, técnica de laboratorio en una clínica de Oviedo, es distinta porque no vio venir la desconexión. «Hace seis meses que empecé a trabajar y desde el principio mi jefa me dijo que tendría que currar muchos fines de semana. Tengo que estar cien por cien centrada y por este motivo dejé de salir por la noche. Bueno, y también porque ya no me apetecía. Pero de repente, fue como si me volviera invisible: mis amigos dejaron de llamarme».
'PARTY FRIENDS'
Para Rosa Sabaté, la clave en estos casos tiene mucho que ver con la manera en que cada una definimos la amistad y, además, con cómo evoluciona este concepto a lo largo de la vida. «En la adolescencia, buscamos a una confidente, alguien tan importante que incluso podemos llegar a desarrollar cierta dependencia. Pero con la edad, esa relación debe hacerse más libre, porque unas personas encuentran pareja, otras un trabajo exigente, otras no tendrán tanto dinero como tú para viajar o salir… La exclusividad y la asiduidad ya no son factores esenciales. De hecho, si te excluyen de la pandilla significa que el concepto que predomina es instrumental: acompañar en los momentos de ocio. Al ignorar a quien no participa, lo que se consigue es reforzar el grupo», explica la psicóloga. En principio, parece que las rupturas de Lucía y Alba tienen poco que ver. Sin embargo, Sabaté ve clarísima la similitud entre ambas experiencias. «En los dos casos, más que hablar de amistad, lo que me parece que tenemos son personas que, por simpatía, se unen para salir de fiesta, para hacer cosas. Hay un vínculo por interés: compartir aficiones o salidas». Entonces, esta afirmación nos lleva a hacernos otra pregunta: ¿quizás llamamos amigas a personas que no lo son tanto?
BUSCA EL OBJETIVO
La experta diferencia entre cantidad y calidad. «Si el alejamiento físico conlleva el distanciamiento emocional, el vínculo que tenemos no es amistad, es otra cosa. El cariño verdadero no se rompe ni se pierde tan fácilmente. Si los kilómetros se llevan una amistad por delante es que no era tal». Como tampoco lo es la de esos grupos de amigos de toda la vida que a la hora de la verdad se juntan una vez al año y el resto del tiempo sólo hablan, superficialmente, por
WhatsApp. «Se consideran amigos, pero ya no se cuentan los problemas ni se consultan cuestiones íntimas. En realidad, son grupos de apoyo que no terminamos de dejar ir para no tener la sensación de que algo de ti ha desaparecido», dice la psicóloga. Entonces, ¿cómo reconocer a una best friend forever? «Se trata de una relación en la que no existen expectativas, intereses instrumentales ni agenda que cumplir. El único objetivo para las dos es seguir siendo amigas».