¿Y si pruebo el cibersexo?
Los revolcones virtuales han dejado de ser tabú. Palabra de Pablo Delgado, quien me explica que son ideales para vergonzosas porque se atreven a más cosas cuando están tras la pantalla. Voy a ver si me animo con estas propuestas que recomienda Nayara Malnero en su libro Sexo a distancia (ed. Lunwerg).
El juego del ‘sólo’
Un día se utilizan únicamente mensajes de texto o notas de audio. «Las palabras son muy estimulantes y la espera hasta que tu pareja conteste, una dulce agonía», afirma Malnero. Otro, se establece que lo único permitido sean fotos o vídeos (las apps más seguras son Signal y Privates!).
¿El no va más? Hacer una videollamada sin verse las caras.
Historia compartida
Se trata de escribir un relato erótico juntos. Hay que emplear un sistema de documentos compartidos como Google Drive y tenerlo abierto a la vez para turnarse a la hora de plasmar lo que a cada uno le dicte la imaginación.
El ‘ voyeur’ Mientras uno de los miembros de la pareja se masturba, el otro mira. Después, se invierten los papeles. «Esto permite dedicar una atención plena mutua y, así, aprender sobre los gustos de ambos», explica la sexóloga.
Las adivinanzas
Uno elige un lunar de su cuerpo y el otro tiene que descubrir dónde está mediante preguntas. Se contesta «sí», «no», «caliente» o «frío». El objetivo es usar fotos o videollamada para ir exhibiendo diferentes zonas de la anatomía.