Cosmopolitan España

APRENDE A CONTAR BUENAS HISTORIAS.

- TEXTO: MARÍA FERNÁNDEZ-MIRANDA. FOTO: JESSICA PETERSON.

Claves para dominar el maravillos­o arte del storytelli­ng.

¿Aún no dominas el arte del ‘storytelli­ng’? Te damos algunos trucos que te ayudarán a hilar tus relatos. Te servirán para ‘venderte’ ante tus jefes, dar conferenci­as o captar la atención de esa persona que te gusta.

Pasaron todavía muchos años hasta que pude conocer el mar. Pero durante todos esos años tuve algo mucho mejor: tuve a mi padre, que me lo contaba». Esto que escribe la periodista Leila Guerriero en su obra Teoría de la gravedad (ed. Libros del Asteroide) es muy cierto: las narracione­s, a veces, superan la realidad. Y saber contar bien una historia es mucho más útil de lo que crees; no sólo sirve para entretener a alguien (como hacía el padre de Leila con su hija), sino también para vender un proyecto a tus jefes, para dar una conferenci­a e incluso para ligar. Te damos cinco trucos que te ayudarán a dominar el storytelli­ng.

Ar ranca con una frase que atrape

A la hora de relatar algo, evita empezar con un tópico aburrido o, peor aún, con una coletilla del tipo a bueno, pues estoy aquí porque… Sé original. «Un buen inicio es una promesa, una demostraci­ón de credibilid­ad –ya que sólo está al alcance de quien narra muy bien– y una magnética bomba de atención», explica Héctor Urién en su libro El arte de contar bien una historia. 101 estrategia­s para el storytelli­ng (ed. Alienta).

Ejemplo: el director de cine Billy Wilder decía que, para convertirs­e en el rey de una reunión, había que soltar algo así: «¿Les he contado cuando asesiné a seis personas en Estocolmo en una sola noche?».

Usa el sent ido del humor

Es otra de las estrategia­s recomendad­as en el libro de Urién. Puedes recurrir al sarcasmo, la ironía, la parodia, el ridículo... o incluso, atreverte a reírte de ti misma. Ejemplo: en su charla TED, la famosa modelo Cameron Russell aparece en el escenario con un outfit corto ajustado y tacones. Tras anunciar que es una top, añade: «No debería haberme vestido así...». Y acto seguido se cambia de ropa para parecer menos sexy, ante la hilaridad del público.

No t engas miedo a que salga mal

«Si te equivocas, no pidas perdón, hazlo parte del juego. No escondas el error ni el imprevisto», aconseja Héctor Urién, que añade: «La regla de oro para hablar en público tiene dos pasos: primero, no tengas miedo a decir tonterías, y segundo, si dices alguna, pasa rápido a otra cosa». Ejemplo: Jennifer Lawrence se cayó por las escaleras al subir al escenario para recoger su Oscar a la Mejor Actriz, en 2013. ¿Fue ese el final de su carrera? Qué va: su caché ha seguido subiendo como la espuma. Si ella superó esa caída, a ti no te pasará nada si algo te sale mal cuando vayas a hablar en público.

T i ra de t u imaginar io

Cada cual posee su banco de imágenes particular. Según Urién, el imaginario es «el almacén mental de historias, situacione­s, escenas, secuencias, versos, palabras y nombres que todos guardamos». Tira de ellos para enganchar a tu audiencia. Ejemplo: el imaginario de Pedro Almodóvar nos lleva a la escena de Dolor y gloria en la que Rosalía y Penélope Cruz cantan mientras lavan la ropa en el río.

Márcate un

‘ c l i f fhanging’

Se trata de «suspender algo antes de que termine, dejando el deseo en el espectador de conocer el final», explica el experto. Ejemplo: en un capítulo de Friends, Ross, que acaba de romper con Rachel, está con su nueva novia y sus amigos en la casa de la playa, y ambas lo esperan, cada una en su habitación. Él se dirige a un pasillo con dos puertas enfrentada­s... y ahí se termina la temporada.

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