ATRAPADOS ENTRE DOS CRISIS.
Los millennials, obligados a reinventarse.
La recesión causada por el COVID- 19 echa otro pulso a los ‘ millennials’ cuando aún se estaban recuperando del embolado financiero de 2008. ¿ Cómo salir del laberinto laboral que nos ha dejado ahora la pandemia?
Tania tiene 31 años y vive en Córdoba. Daba clases en una academia de inglés hasta que el pasado mes de marzo la cesaron con un ERTE. Pese a que espera volver a trabajar cuando comience el curso, reconoce que ahora mismo pasa por una situación de incertidumbre, algo que no le resulta del todo ajeno, ya que la omnipresente crisis del 2008 coincidió prácticamente con su graduación universitaria, un nefasto escenario que la obligó a concatenar trabajos temporales durante dos años. Más de una década después, teme que sus expectativas vuelvan a desmoronarse, con la diferencia de que ahora tiene una hija de un año a su cargo. Ella es una de las víctimas indirectas del COVID-19. Pero no todas lo han sido en las mismas circunstancias. Buscamos otros casos que nos permitan dibujar el mapa tras la pandemia y acudimos a expertos para que te den las claves para superarla.
Objet i vo: volver a empezar
Lo cierto es que algunas vidas han dado un giro radical. Como la de Laura, que a los 27 años ha perdido su empleo en una empresa tecnológica con un despido que la dejó sin opción al ERTE y sin posibilidad de continuar con su vida en Madrid. De la noche a la mañana se vio obligada a abandonar todos sus planes, los profesionales y también los personales. Tanto es así, que en junio hizo las maletas para volver a la casa de sus padres en Bilbao. Atrás ha dejado a su pareja y a sus amigas, aunque intenta mirar al futuro con optimismo: «No sé cuándo podré regresar, pero aprovecharé para ahorrar un poco y, cuando esto pase, volveré a empezar».
Ella tampoco está dispuesta a rendirse y eso que, como Tania, forma parte de la generación millennial, que en este 2020 ha revivido los fantasmas que les asfixiaron sus primeros años laborales.
Las preguntas más f recuentes
Hace meses, cuando la crisis sanitaria implosionó, muchos hojeaban los periódicos ensimismados, queriendo cerciorarse de que no se trataba de un sueño o del guión de una
serie. Era como si todo lo logrado a lo largo de estos últimos años de lenta recuperación se hubiera desplomado en apenas unos días. Poco después, ya nos habíamos familiarizado con palabras del recién llegado covidcionario, como fase, desescalada y confinamiento. Ni la película más pavorosa de Wes Craven lo hubiera imaginado. Ante esto, decenas de preguntas se agolparon en las mentes de muchos jóvenes…
¿Se volverá a repetir la pesadilla de 2008? ¿Será incluso peor? ¿Cómo me perjudicará? Tranquila, respira hondo, porque esto no es el fin del mundo y queremos demostrártelo.
¿Cómo afecta a corto plazo?
Uno de los primeros estragos que este tipo de crisis suele traer consigo es que tiende a minar la seguridad personal y la autoconfianza de muchas personas, sobre todo la de aquellas acostumbradas a anticiparse al futuro. Además, según Ana Delgado, CEO de la escuela de formación digital The Valley, el primer ámbito que empieza a flaquear es el del trabajo: «Resulta evidente que la ralentización económica está impactando en el desempleo y va a afectar tanto a los millennials como a cualquier otro colectivo del mundo laboral». Y añade: «La vida a corto plazo no va a ser igual a la que conocíamos antes y las decisiones más life-changing, como salir de casa de tus padres, comprar una vivienda, pensar en tener hijos o hacer el viaje de tu vida, tendrán que ser mucho más meditadas».
Los trabajos que seguirán en auge
Aprender a aprovechar las oportunidades es vital. Entre ellas está saber identificar las profesiones rara avis a las que esta zancadilla económica no sólo no les afectará, sino que las reforzará enormemente. Así nos lo cuenta Encarnación Maroño, experta en economía y empleo y directora de Organización y Soluciones del grupo Adecco, que ha elaborado una lista con los trabajos con más futuro: «Aunque la crisis afectará a todos los oficios en mayor o menor medida, observaremos que los perfiles sanitarios (médicos, enfermeros, fisioterapeutas, auxiliares…), así como los que se ocupan de cuidar
a personas mayores, la salud mental y el tiempo libre tendrán una gran demanda». De igual manera, cree que será necesario continuar con el desarrollo tecnológico. «Equipos de análisis de datos, inteligencia artificial, desarrollo de sistemas y un largo etcétera tienden a asegurar su espacio. Por otro lado, las empresas necesitarán adaptarse a los nuevos entornos, así que comerciales, expertos en metodología Agile (un método para crear herramientas de software que también se aplica en otros ámbitos), ciberseguridad y analistas de procesos no notarán tanto el mazazo».
Y llegó la reinvención
Según la Organización Internacional del Trabajo, uno de cada seis jóvenes en el mundo ha perdido su empleo, y el 53% de los despedidos en España durante el primer mes de la pandemia eran menores de 35 años. No nos queda otra que buscar soluciones y herramientas, ¡que las hay! En este punto, los expertos coinciden: la formación digital se plantea como la mejor de las reinvenciones para destacar en el mercado laboral. Según Delgado, los profesionales deberán reforzar sus habilidades y conocimientos para hacer frente a esta crisis y poder guiar a las compañías. Aquellos que puedan teletrabajar serán menos vulnerables. El experto lo explica así: «Tenemos que estar preparados para asumir retos y, si la tecnología pone a nuestra disposición esas facilidades, debemos aprovecharlas». Si la digitalización ya fue una aliada en 2008, parece que doce años más tarde vuelve para echarnos una mano.
Una generación resi l iente
Existe la sensación que los millennials viven en una cuerda floja permanente y esto ha repercutido de forma directa en su personalidad: en lugar de decaer, se refuerzan. Para bien o para mal, ellos han cimentado su identidad en sucesos que podrían acogerse a la famosa teoría del cisne negro acuñada por el filósofo Nassim Taleb, una metáfora que alude a determinados eventos inesperados y de gran impacto socioeconómico. Ejemplos de acontecimientos de este tipo que han afectado a los jóvenes son los famosos atentados del 11-S, la mencionada crisis financiera o el boom de internet, que calaron en su psique y forjaron a su generación. Como nos comenta Maroño, «vivir la adolescencia en plena crisis ha favorecido el desarrollo natural de competencias complicadas». Entre estas habilidades están las de saber manejar situaciones de incertidumbre, adaptarse a diferentes entornos, trabajar con rapidez y una gran capacidad de aprendizaje constante. Ana Delgado añade: «Los millennials, a pesar de ser muy vulnerables, han demostrado tener aptitudes de flexibilidad y adaptación, y ganas de salir adelante. Se trata de una generación de luchadores». Esa es tu mejor baza.