DULCES SUEÑOS
«Cenita casera y gala en la tele: había ideado el plan perfecto para un domingo por la noche. Lo que no calculé fue que la entrega de premios que quería ver acababa muy tarde y al día siguiente tenía clase en la facultad. Cuando el despertador sonó, no sabía ni dónde estaba. Tras ubicarme, me vestí a toda prisa y fui a la universidad. Y ocurrió lo que tenía que pasar, que me quedé sopa en el aula y, cuando me despertaron, no se me ocurrió otra cosa que pedir que "por favor, por favor", me dejaran "cinco minutitos más". Menos mal que todos, incluido el profesor, se echaron a reír. Pero yo me moría de la vergüenza». MARÍA DEL MAR (20 años).