CONFESIONES.
Saber reírse de una misma es un arte difícil de dominar. Conviértete en una experta con las cuatro historias que te traemos este mes.
Momentos embarazosos y citas para olvidar.
BAILE AL VOLANTE
« Le cogí el coche a mi madre porque tenía que hacer un recado. Puse la radio, empezó a sonar mi canción favorita… ¡y sin darme cuenta estaba bailando! Y así, paré en un semáforo en rojo, miré hacia un lado y descubrí a un grupo de chicos destornillándose. No me quedó más remedio que despedirme de ellos cantando aún más fuerte». CELIA (23 años).
CHAPUZÓN INESPERADO
«Organicé un viaje con mi familia a nuestro pueblo para desestresarnos del angustioso ritmo de la ciudad. La verdad, estábamos todos saturados por el trabajo o los estudios, así que parecía un plan detox perfecto, con excursión de senderismo alrededor de un enorme lago y un pícnic incluidos. Como estaba todo verde y hacía buen día, le pedí a mi hermano que me sacara una foto en la orilla. Sin darme cuenta, me eché para atrás más de la cuenta, me tropecé con una rama y me caí al agua. Lo mejor fue que mi hermano, en lugar de ayudarme, se dedicó a hacerme fotos para enviarlas por WhatsApp a sus amigos y poder hacer memes» ESPERANZA (22 años). .