Offenen Auges ins Verderben Ruina segura
Der nächste katastrophale Waldbrand in der Sierra de Orihuela oder Sierra de Callosa ist vermutlich nur eine Frage der Zeit. Seit geraumer Zeit wäre es die vordringliche Aufgabe eines verantwortlichen Forstschutzes gewesen, das tote Unterholz und die abgestorbenen Aleppo-Kiefern zu entfernen. Nachhaltiges Naturmanagement lautet das Schlüsselwort. Leider Fehlanzeige! Die Gefahren sind bekannt, nicht anders als vor Jahren bei der Plage des Palmrüsslers oder dem Einbuddeln von Müll in der Vega Baja. Politik und Wirtschaft beuten die Natur ohne Rücksicht auf Verluste aus. Im Fokus steht der kurzfristige Profit. Das hat einen fortschreitenden Ruin unserer nachhaltigen Naturressourcen zur Konsequenz. Es ist offenbar immer ein und dasselbe Muster: Weder bei der Überfischung der Meere, der Abholzung von Regenwald, beim Fracking oder in der Atomindustrie (Beispiel Fukushima) werden die Kosten für Klima- und Umweltschäden in die Bilanz eingerechnet. Nur so geht nämlich das Wachstumkonzept des Neoliberalismus überhaupt auf. Zum Verderben nachfolgender Generationen.
Michael Allhoff El próximo incendio catastrófico en las sierras de Orihuela o de Callosa es, probablemente, sólo cuestión de tiempo. Una política forestal reponsable hubiera procurado ya hace tiempo la tala de pinos afectados así como la limpieza de matorrales y resecos en las zonas de riesgo. La expresión clave en este asunto es "gestión ecológica sostenible". ¡Por desgracia, algo inexistente hasta la fecha! Los riesgos son evidentes, como ya lo fueron en los casos de la plaga del picudo o del entierro illegal de basuras en la Vega Baja. La política y la economía no hacen más que explotar la naturaleza sin miramientos, siempre en busca del beneficio a corto plazo. En consecuencia, se están arruinando sistemáticamente las fuentes sostenibles de biodiversidad que aún nos quedan. El modo de proceder suele ser siempre el mismo: ni en la sobrepesca marina, la tala de las selvas, el o la industria nuclear (ejemplo Fukushima) se suelen incluir los costes resultantes de los daños ecológicos y climáticos causados por estas prácticas. Ésa es la única manera de que le cuadren las cuentas al plan de crecimiento neoliberal. A costa de generaciones futuras.