Da war doch diese Luftseilbahn
Schade, dass die Gemeinden Garrucha, Los Gallardos und Bédar so wenig aus ihrer doch recht spektakulären Geschichte machen. Im kleinen Bergdorf Bédar und nirgendwo anders stand Ende des 19. Jahrhunderts die längste und tragfähigste Luftseilbahn der Welt, die Körbe voller Eisenerz über 15 Kilometer über die Köpfe der Menschen hinweg zum Hafen von Garrucha transportierte. Und welches Bild mag der Inspekteur mit seinem Fahrrad auf dem Drahtseil wohl abgegeben haben, wenn er das Kabel wie ein Zirkusakrobat entlangfuhr und von seinem Sattel aus reparierte? Die berühmte Seilbahn könnte zum Beispiel im Miniaturformat, maßstabsgetreu nachgebaut werden, mit sich bewegenden Gondeln und einer Dampfmaschine, die sie antreibt. In einer Ausstellung wäre das Modell sicher das Herzstück. Nicht fehlen darf die Erzählung der dunklen Seite der Bergbaugeschichte, die elenden Arbeitsbedingungen, die miese Bezahlung, der Hunger und die Ausbeutung durch die Unternehmer.
Aquel teleférico…
Una pena que los municipios de Garrucha, Los Gallardos y Bédar no hayan sabido aprovechar su, realmente, espectacular historia. Era en el pueblecito de montaña de Bédar, y en ninguna otra parte, donde estaba ubicado a finales del siglo 19 el teleférico más largo y sólido del mundo, transportando góndolas llenas de mena de hierro sobre unos 15 kilómetros por encima de las cabezas de la gente hasta el puerto de Garrucha. Y ¿qué imagen daría el inspector balanceándose como un artista circense en su bicicleta sobre el alambre, haciendo reparaciones y ajustes desde su sillín? El famoso teleférico, por ejemplo, se podría reconstruir en miniatura con góndolas móviles y propulsadas por una máquina de vapor. En una exposición temática, un modelo así sería el centro de atención para el público. Y tampoco podrían faltar los relatos sobre el lado oscuro de la historia de la minería, sobre las miserables condiciones de trabajo, los miserables sueldos, el hambre y la explotación de los trabajadores por parte de los empresarios.