Ursachen für Hausbesetzungen
Noch vor dem Lockdown haben viele Eigentümer ihr Haus abgeschlossen und sind überstürzt in ihre Heimatländer abgereist. Leer stehende Immobilien sind das gefundene Fressen für Hausbesetzer. Oft wechseln sie das Türschloss aus und richten sich gemütlich im neuen Heim ein. Sobald der Eigentümer von der Hausbesetzung erfährt, kann er bei der Polizei Anzeige erstatten oder den gerichtlichen Weg einschlagen. Das Gesetz ist ineffizient, oft halten die drohenden Sanktionen die Okupas nicht davon ab, erneut in das fremde Heim einzuziehen. Sicherlich ist es ein Albtraum, nach einem halben Jahr in der Heimat vor dem eigenen Haus zu stehen und zu merken, dass dort nun jemand anderes wohnt. Durch die Coronakrise wird dies wohl in Zukunft ein noch stärker verbreitetes Phänomen sein, denn es gibt zurzeit viele leer stehende Häuser, weil die Besitzer erst einmal nicht nach Spanien zurückkehren, um die Entwicklung der Lage abzuwarten. Es fragt sich aber, ob höhere Strafen und ein härteres Durchgreifen der Polizei sinnvoll sind. Vielmehr sollten die Ursachen in den Fokus rücken. Durch ein großmaschiges, soziales Netz werden zunächst diejenigen fallen, die durch die Coronakrise alles verloren haben und sich eine Miete nicht mehr leisten können. Diesen Menschen müsste der Staat mit Wohngeld und erschwinglichen Wohnungsmieten entgegenkommen. So ließe sich das Problem vielleicht im Keime ersticken.
Las causas en el foco
Antes del confinamiento, muchos propietarios cerraron sus casas para viajar de manera precipitada a sus países de origen. Inmuebles vacíos son un paraíso para los ocupas. A menudo cambian la cerradura para instalarse cómodamente en su nuevo hogar. En cuanto el propietario se entera de la ocupación puede poner una denuncia en la oficina de la policía o elegir la vía judicial. La ley es ineficiente, frecuentemente las sanciones no detienen a los ocupas a mudarse de nuevo a una casa ajena. Seguramente es una pesadilla volver de su país después de medio año, estar delante de su casa y darse cuenta, que alguien está viviendo en ella. Por culpa de la crisis del coronavirus, se va a tratar probablemente de un fenómeno todavía más común, porque ahora mismo hay muchas casas vacías, a causa de que los dueños por lo pronto no vuelven a España, prefiriendo esperar la evolución de la situación. Hay que preguntarse, si sanciones más graves y una mano más dura de la policía tendrían sentido, o si se deberían poner el foco en las causas del problema. Un sistema social quebradizo no rescata las personas que han perdido todo durante la crisis del coronavirus y que ya no pueden pagar el alquiler. El estado debería apoyar a estas personas con subvenciones para el alquiler y precios de alquiler más bajos. De esta manera quizás se podría cortar el problema de raíz.