Sex im Gesetzbuch
Lassen Sie uns über Sex reden. Auch die körperlichen Beziehungen zwischen Mann und Frau müssen im Zuge der vierten Feminismuswelle auf den Tisch kommen. Das Urteil gegen die Manada ist in diesem Sinne ein wichtiger Einschnitt. Übergriffe wie sexuelle Nötigung, Missbrauch und Vergewaltigung klar zu definieren, mag die Sexualität verbürokratisieren, aber die erschreckende Zahl von Delikten – von den Dunkelziffern ganz zu schweigen – macht es notwendig und stärkt die Rechte der Frauen. Jahrhundertelang mussten sie spuren, wenn der Mann gerade wollte. In der Partnerschaft, beim „ehelichen Beischlaf“und außerhalb dessen. Heute sagen die Gesetze in unserem Kulturkreis: Sich über den Willen, die sexuelle Selbstbestimmung, des anderen hinwegzusetzen, ist in jedem dieser Fälle eine Straftat. Trotzdem passiert es täglich. Kein explizites „Ja“bedeutet immer „Nein“, so sehen es die Sozialisten. Nun jedes Mal vorm Sex einen formellen Antrag stellen zu müssen, ist eher abtörnend. Doch Mann muss lernen zu akzeptieren, nicht immer das zu bekommen, was er will. Anne Götzinger
Sexualidad en código de ley
Hablemos de la sexualidad. Y es que, ante la cuarta ola del feminismo, es hora de que las relaciones de pareja entre hombre y mujer vuelvan a ponerse sobre la mesa. La sentencia contra la „manada“representa, en este sentido, una importante censura. Puede que la definición de lo que son coacción, abuso y violación suponga una burocratización de la sexualidad, pero la alarmante cantidad de delitos, aparte ya de la cifra oscura, lo requiere y ayuda a reforzar los derechos de las mujeres. Durante siglos, tuvieron que satisfacer las necesidades del hombre, en la convivencia, en el „lecho matrimonial“o fuera del mismo. Hoy en día, las leyes en nuestro ámbito cultural son claras: pasar por alto la voluntad, la autodeterminación sexual de otra persona, es en todo caso un delito. Y aun así, ocurre a diario. A falta de un „si“es que „no“, así lo ven los socialistas. Ahora, claro, solicitar formalmente sexo cada vez, no mola. Pero el hombre debe aprender a aceptar que no puede obtener siempre lo que quiere.