Gute Menschen, böse Menschen
Ausgerechnet die Mutter des ermordeten achtjährigen Jungen Gabriel Cruz glaubt an das Gute im Menschen und will Hoffnung verbreiten und dem Hass keinen Raum lassen. Ihren Optimismus habe die Welle der Solidarität begründet, sagt sie, die sie erfahren habe. Das Schicksal ihres ermordeten Jungen hat aber auch die dunkelsten Seiten des Menschen zu Tage gefördert. Nicht nur durch die Täterin und jene, die sie gerne lynchen würden oder die aus der Dominikanischen Republik stammende Frau wegen ihrer dunklen Hautfarbe diffamieren. Rassistische Tendenzen kamen schon auf, lange bevor die Mörderin in den Fokus geraten war, als etwa jemand verbreitete, dass am Tatort zwei Marokkaner gesehen worden seien, was sich als frei erfunden herausstellte. Die Masse an Fake News, die den Fall die ganze Zeit über begleitet haben, rücken das Menschenbild ebenfalls in kein gutes Licht. Facebook, Twitter und WhatsApp haben sehr dabei geholfen, die Nachricht zu verkünden und freiwillige Helfer für die Suche nach dem Kind zu rekrutieren. Sie haben aber auch dazu gedient, etliche Lügen zu verbreiten. Woran nicht zuletzt die Medien schuld sind. Dass unseriöse TV-Sendungen, die vom Klatsch und Tratsch leben, Gerüchte aus Sensationshascherei aufgreifen, ist ja zu erwarten. Dass aber glaubwürdige Zeitungen, nur um eine Nachricht als erste zu bringen, alles wiedergeben, was sie aufschnappen, ohne den Wahrheitsgehalt zu überprüfen, ist kläglich. Die Ermittlungen unterlagen nämlich strengster Geheimhaltung, was letztlich wohl auch den Fahndungserfolg begründete. José A. Nieto Justamente la madre del niño asesinado Gabriel Cruz cree en la bondad de las personas, lanza un mensaje de esperanza y llama a desterrar el odio. Su optimismo, dice, ha reforzado la ola de solidaridad que ha recibido mientras buscaban a su hijo. Sin embargo, el suceso de la desaparición y la trágica muerte de su niño, ha sacado a relucir también en muchas ocasiones el lado más oscuro de las personas. No sólo por la asesina o por aquellos sedientos de venganza que quisieran lincharla. Sino también por aquellos que difaman a la mujer de origen dominicano por el color de su piel. Tendencias racistas afloraron incluso mucho antes de que la culpable empezara a ser vista como sospechosa. Cuando por ejemplo alguien aseguraba, que en el lugar de su desaparición habían sido vistos dos hombres marroquíes, lo cual resultó ser absolutamente falso. La cantidad de bulos que han acompañado el caso, también dejan la calidad humana bastante en entredicho. Cierto que Facebook, Twitter o WhatsApp ayudaron mucho para difundir la noticia y reclutar voluntarios para la búsqueda del pequeño. Pero también sirvieron para hacer correr una inmensa cantidad de bulos. Lo cual tampoco deja a los medios de comunicación en buen lugar, ya que contribuyeron también a difundir falsos rumores. Que lo hagan medios considerados serios, por tal de ser los primeros en difundir una posible noticia, es algo lamentable. Y es que las fuerzas policiales, como debería ser siempre, han evitado todo tipo de filtraciones, lo cual seguramente ha contribuido en gran medida al éxito de su labor.