Kultur im Hinterland
Die meisten Urlauber zieht es in der Hochsaison ans Meer, wo sie mit Tausenden anderer Strandbesucher um eine Liege oder ein Plätzchen im Sand rangeln, um ihr Badehandtuch auszubreiten. Auch das Meer hat der sonnenhungrige Strand-Fan meist nicht für sich allein, er muss es nicht nur mit anderen Zweibeinern teilen, sondern mit fiesen Quallenschwärmen, die einem den Badespaß so richtig schön vermiesen können. Trotzdem herrscht am Strand Overbooking. Im Hinterland dagegen ist absoluter Totentanz angesagt, dabei organisieren die entzückenden Dörfer in den Bergen tolle Kulturevents, die einen Besuch unbedingt lohnen. Warum also nicht mal Masse gegen Ruhe eintauschen?
Cultura en el interior
En temporada alta, la mayoría de los turistas se sienten atraídos por el mar. Allí deben compartir la playa con miles de otros aficionados y competir con ellos por pillar una hamaca o un hueco en la arena, donde colocar la toalla. El mar tampoco lo pueden disfrutar en tranquilidad, no solo lo deben compartir con otros bañistas sino también con asquerosos bancos de medusas que pueden amargarles el placer de bañarse. A pesar de esto, las playas sufren „overbooking“, mientras que en el interior reina el silencio. Y eso que los maravillosos pueblecitos blancos de las montañas organizan fabulosos eventos culturales, que realmente vale la pena visitar. ¿Por qué entonces no cambiamos las masas por un poquito de paz de vez en cuando?