Vom Kleinod zum hippen Freibad
Eine mit andalusischer Kultur, Flora und Fauna vertraute Österreicherin führte mich einst zur Cueva de la Pileta und zur Abkühlung zum romantisch gelegenen Teich an der Cueva del Gato. Das war vor drei Jahren. Wir saßen am Ufer, lauschten dem Vogelgezwitscher und genossen das Bad. Noch lange dachte ich an den Tag zurück und war glücklich, dass der Teich vorm Massenansturm gefeit war. Wer heute ins Wasser an der Cueva del Gato taucht, teilt sich das Ufer mit Hunderten von Badegästen. Aus dem Kleinod in der Natur ist ein hippes Freibad mit Naturkulisse geworden. Ein weiterer Ort, der von Selfie-Süchtigen geschätzt wird. Dank der sozialen Netzwerke ist dieser Ort nun leider kein Geheimtipp mehr.
Una piscina elegante
Una austríaca, conocedora de la cultura, flora y fauna andaluza, me llevó un día a la Cueva de la Pileta y a refrescarnos en el romántico estanque colindante con la Cueva del Gato. De esto hace ya tres años. Estuvimos sentadas en la orilla, escuchando el canto de los pájaros y disfrutando del baño. Por mucho tiempo recordé aquel día y me hizo feliz que no hubiese una multitud de gente en este entorno tan precioso. Hoy, si uno se mete en el agua al lado de la Cueva del Gato, tiene que compartir la orilla con cientos de bañistas. Esta joya de la naturaleza se ha convertido en una piscina con un entorno fascinante. Un lugar más que atrae a los adictos a los selfies. Gracias a las redes sociales este lugar ahora ya no es un refugio secreto.