Es nervt gewaltig
Langsam nerven sie gewaltig. Dass katalanische Separatisten sich nicht an Regeln halten, haben wir kapiert. Dass sie andererseits auf den Staat bauen, Gerichte anrufen, wenn sie meinen, die helfen ihnen, sich zur Parlamentswahl aufstellen lassen, dann aber nicht auf die Verfassung schwören, sich in Europa hinstellen und spanische Unterdrückung anprangern, ist albern, egoistisch, unreif. Die spanischen Regierungen hätten die Katalonien-Krise besser bewältigen müssen, ohne Zweifel. So ist sie für Spanien eine Verschwendung an Energie, Zeit und Geld. Die Vorstellung, dass die gesamte Legislaturperiode vom Hickhack um juristische Feinheiten bestimmt sein wird, macht wütend. Da nutzen einige wenige Politiker ihr Amt zur Durchsetzung von Interessen, die nicht mal von ihrer eigenen Bevölkerung mit großer Mehrheit gewollt werden. Und nehmen derweil 44 Millionen Menschen als Geiseln, die gucken können, wie eine zukunftsweisende Politik in die Tonne getreten wird.
¡Se están pasando!
Ya es difícil de soportar: que los separatistas catalanes no aceptan las reglas comunes es algo que ya sabemos. Que, por otro lado, se apoyen en el estado y recurran a los tribunales por considerar de antemano que podrían ayudarles a presentarse Clementine Kügler a las Europeas, para luego no jurar la constitución y denunciar ante Europa la presunta opresión que sufren en España, es algo absurdo, egoísta e inmaduro.
Los gobiernos españoles, sin duda alguna, deberían haber gestionado mejor la crisis catalana. Así, supone un derroche de energía, tiempo y dinero para el país. Pensar que toda esta legislatura volverá a estar marcada por un tira y afloja jurídico, es algo que ya enfada hasta al más noble. Ahí va un puñado de políticos poniendo sus cargos al servicio de unos intereses para los que ni siquiera conseguirían una mayoría entre sus propios votantes, tomando a 44 millones de personas de rehenes para que puedan presenciar cómo se va tirando por la borda una política encarada al futuro.