In guten und schlechten Zeiten
Es klingt paradox, ist es aber nicht: Gerade in der Corona-Krise, in der doch der Abstand über allem steht, ist es wichtiger denn je, dass die Menschen näher zusammenrücken. Wenn auch im übertragenen Sinn. Es kann das Zusammenrücken mit bedürftigen Familien sein, indem man Lebensmittel spendet. Es kann das Zusammenrücken mit Obdachlosen sein, indem man ihnen Kleidung schenkt. Das Zusammenrücken mit Menschen, die Geld für eine lang ersehnte Therapie brauchen, das sie selbst nicht aufbringen können. Oder das Zusammenrücken mit dem Wirt um die Ecke, der ums Überleben kämpft. Möglichkeiten zu helfen, das zeigen auch die Aktionen vieler Deutschsprachiger an der Küste, gibt es genug. Wer nicht selbst die Initiative ergreifen will oder kann, findet in wohltätigen Organisationen die geeigneten Kontaktstellen. An Zeit und Geld fehlt es vielen europäischen Residenten in Spanien nicht. Und oft bedarf es gar nicht großer Projekte, sondern nur kleiner Aufmerksamkeiten, um die Krise ein Stück erträglicher und das Leben in der Wahlheimat ein bisschen menschlicher zu gestalten. Ein Leben, zu dem nicht nur der Genuss in guten Zeiten, sondern auch die Solidarität in schlechten gehört. All das sollte denen, die – im übertragenen Sinne – noch nicht näher zusammengerückt sind, zu denken geben. Und vielleicht als Anstoß dienen, beim nächsten Mal nicht wegzuschauen, sondern die Augen offenzuhalten und zu helfen.
Anne Thesing
En lo bueno y en lo malo
Suena paradójico, pero no lo es: especialmente en la crisis de Corona, en la que la distancia está por encima de todo, es más importante que nunca que la gente se acerque. Aunque sea en sentido figurado. Puede ser acercándose a las familias necesitadas mediante la donación de alimentos. Puede ser acercarse a las personas sin hogar dándoles ropa. Puede ser tender la mano a personas que necesitan dinero para una terapia largamente esperada que no pueden pagar por sí mismas. O al dueño de un restaurante que lucha por sobrevivir. Hay muchas oportunidades de ayudar, como lo demuestran las acciones de muchos alemanes en la costa. Los que no quieran o no puedan tomar la iniciativa por sí mismos, encontrarán puntos de contacto adecuados en las organizaciones benéficas. A muchos residentes europeos en España no les falta tiempo ni dinero. Y a menudo no se requieren grandes proyectos, sino sólo pequeñas acciones para hacer la crisis un poco más llevadera y la vida en el país que hemos elegido un poco más humana. Una vida que incluye no sólo el disfrute en los buenos tiempos, sino también la solidaridad en los malos. Todo esto debería hacer reflexionar a quienes - en sentido figurado - aún no se han acercado. Y quizás sirva de impulso para no mirar hacia otro lado la próxima vez, sino para mantener los ojos abiertos y ayudar.