Naturaleza humana
Parece estar en la naturaleza humana vaciar la copa hasta el final antes de contemplar quién la volverá a llenar. Sobre todo cuando el cáliz y su contenido pertenecen a todos, son un regalo. Hace tiempo que se sabe que el Parque Nacional de Doñana pasará de ser un humedal a una estepa seca. Todo fue documentado y por tanto previsible. También que la falta de lluvia es solo un pequeño componente del desastre. Pero nadie ha detenido seriamente el desarrollo. Los campesinos, que llevan años sacando agua ilegalmente para sus plantaciones de fresas, dejaron que ocurriera por codicia. Los constructores de nuevas urbanizaciones y municipios asociados dejaron que ocurriera por „necesidad“, porque la gente necesita agua para vivir. El cliente alemán, que ve „Fresas de Huelva“como suministro básico durante todo el año, se abstuvo de hacerlo por indiferencia y mimado. Sin embargo, la política española que debería haber tomado contramedidas, se esconde detrás de unas responsabilidades repartidas entre Madrid, Sevilla y los municipios, y que al final siempre se echa la culpa al otro sin que nada tenga que cambiar. Doñana es símbolo del cambio climático, de los excesos en el consumo de nuestros recursos y de la falta de espíritu comunitario. Lo que está pasando en el parque nacional de Andalucía pronto será extrapolable a todo el país, al continente, al mundo. La naturaleza del hombre probablemente cambiará solamente cuando el hombre se quede sin naturaleza. Pero entonces será demasiado tarde.