Wasser nutzen
Spaniens Flüsse sind wichtiger Bestandteil der Wasserwirtschaft. Sie sammeln, verteilen, liefern und fangen das kostbare Nass auf. Ohne diese Adern, die das Land durchziehen und fruchtbar machen, würde es noch mehr verwüsten. Doch wir nehmen immer nur und geben nicht. Wir bauen trockene Flussbetten zu und denken nicht daran, dass sie sich eines Tages doch wieder in reißende Ströme verwandeln. Wir füllen Staubecken, um tropische Früchte zu züchten, und entziehen das Wasser der Bevölkerung. Die Eingriffe in die Natur rächen sich. Trotz beschleunigtem Klimawandel im Großen oder lokalem Sturzregen im Kleinen – wir denken immer noch, wir wären die Herren der Erde und könnten die Natur beherrschen. Es wird höchste Zeit, umzudenken und nachzubessern. Dass in einem Land, in dem nicht zuletzt mit Hilfe von EU-Fonds Millionen Euro in Infrastrukturen fließen, immer noch mehr als 30 Prozent durch Lecks in den Wasserleitungen in den Boden versickern, statt in den Haushalten anzukommen, ist primitiv. Wir lernen zu sparen, aber die Politik sollte es auch tun. Abflüsse und Kanalisation müssen für Mengen ausgebaut werden, die bei langem Sturzregen anfallen. Und zwar schnell, ohne monatelange Verzögerungen wegen verschiedener Zuständigkeiten wie Land, Region und Gemeinde. Die Landwirte und Viehzüchter können lernen, die Bewässerung effizienter zu gestalten. Das Wasser ist da, nutzen wir es.
Aprovechar el agua
Los ríos españoles son parte elemental en la gestión del agua. Recolectan, reparten, suministran y recogen el valioso elemento. Sin estas venas, que se expanden por todo el país y hacen fértil las tierras, la desertificación sería aún más grave. Pero sólo recibimos y nunca damos nada. Urbanizamos ramblas secas y no pensamos que todavía algún día podrían reconvertirse en ríos salvajes. Llenamos embalses para cultivar frutos tropicales, escatimándole el agua a la población. Las injerencias en el medio ambiente se vengarán. A pesar del acelerado cambio climático a nivel global, y de las cada vez más graves tormentas a nivel local, aún pensamos que somos los dueños del planeta y podemos dominar la naturaleza. Se acaba el tiempo para poder repensarlo y mejorar algunas cosas. En un país que recibe millones de euros de fondos europeos para sus infraestructuras, que por culpa de fugas en sus redes de suministro todavía se pierda más del 30 por ciento del agua en el subsuelo sin que llegue a las casas, es un enorme retraso. Aprendemos a ahorrar, pero la política también debería hacerlo. Tuberías y canalizaciones deben aumentar sus capacidades, para poder soportar episodios de lluvias torrenciales. Y con urgencia, no con meses de demoras por las diferentes competencias del estado, las regiones y los municipios. Los agricultores y ganaderos pueden aprender a racionalizar su consumo de agua. El agua está ahí, aprovechémosla bien.