Radfahren in Málaga
Sind Sie in Málaga schon mal Rad gefahren? Hätte ich den Versuch nicht schnell abgebrochen, könnte ich Ihnen kaum davon berichten. Die Stadt hat eine Menge zu bieten, Kultur und Geschichte, andalusisches Ambiente, die Küche, Fröhlichkeit, Meer und Sonne sowieso. Doch Málaga ist auch ein chaotisches Ballungszentrum mit unübersehbaren Schattenseiten. Das Verkehrsaufkommen wird kaum noch bewältigt, Mieten steigen exorbitant, ganze soziale Gruppen werden verdrängt, der Lärm durch Touristen und Bauarbeiten ist manchmal unerträglich. Grünflächen, öffentlicher Nahverkehr, der kleine Händler um die Ecke kommen in dem Boom unter die Räder. Spekulanten hingegen wittern Morgenluft, der Bürgermeister steht auf deren Seite. Dass sich Málagas Stadtobere so enthusiastisch für die Expo 2027 bewerben, noch dazu unter dem Motto: „Auf dem Weg zur nachhaltigen Stadt“erscheint manchen daher ein schlechter Witz. Die Weltausstellung als Prestigeprojekt der Politik und Geldmaschine für die üblichen Verdächtigen. Oder doch auch eine Chance? Denn gerade einer Stadt, die mitten in einem radikalen Umbruch steckt, kämen gelungene Anregungen für die soziale und ökologische Balance aus aller Welt gelegen. Ein milliardenschweres Megaevent als Motivation für eine Kurskorrektur, eine Neuordnung der Prioritäten für die Stadtentwicklung? Da ist Fahrrad fahren in Málaga die sicherere Wette.
Ir en bici por Málaga
¿Alguna vez ha montado en bicicleta en Málaga? Si no hubiera abortado rápidamente el intento, apenas podría contarles mi experiencia. La ciudad tiene mucho que ofrecer: cultura e historia, ambiente andaluz, buena cocina, alegría y por supuesto mar y sol. Pero Málaga es también un área metropolitana caótica con unos inconvenientes que saltan a la vista. El volumen de tráfico es ya casi indigerible, los alquileres suben sin freno, grupos sociales enteros son desplazados, el ruido de turistas y obras se hace a veces insufrible. Zonas verdes, el transporte público o el pequeño comerciante de la esquina son las víctimas del auge de la ciudad. Los especuladores en cambio ven un gran negocio, con el alcalde de su parte. Que encima los mandatarios de la ciudad promocionen con tanto entusiasmo la Expo 2027 bajo el lema „De camino a una ciudad sostenible“, le parece a más de uno un chiste malo. La exposición mundial como proyecto prestigioso de la política y como máquina de hacer dinero para los sospechosos habituales. ¿O no podría ser una oportunidad? Sobre todo a una ciudad, que se encuentra en medio de una gran transformación, le podría venir muy bien propuestas de todas las partes del mundo, de cómo equilibrar lo económico y lo social. ¿Un megaevento de costes milmillonarios como motivación para un cambio de estrategia y una reordenación de las prioridades en el desarrollo de la ciudad? Visto así, andar en bici por Málaga es la apuesta segura.