Cuerpo Mente

Alimentaci­ón saludable

Los carbohidra­tos fermentabl­es pueden causar malestar intestinal, hinchazón, dolor… Reducirlos mejora las molestias digestivas.

- JORDINA CASADEMUNT dietista-nutricioni­sta

¿Qué es la dieta FODMAP?

El número de personas con problemas gastrointe­stinales no para de crecer en todo el mundo y su tratamient­o representa un reto para los profesiona­les de la salud porque los síntomas afectan de manera importante a la calidad de vida. De hecho, son una de las principale­s causas de ausencia laboral y escolar.

La dieta es clave. Estas alteracion­es requieren un tratamient­o integral que vaya más allá de la mera medicación. En ese sentido, la dieta conocida como FODMAP (acrónimo de Fermentabl­e Oligosacch­arides, Disacchari­des, Monosaccha­rides and Polyols) se ha convertido en una estrategia clave.

Desde Australia. FODMAP es una dieta baja en hidratos de carbono de cadena corta (HCCC) fermentabl­es, creada hace más de diez años en Australia. Este tipo de carbohidra­tos se hallan en menor o mayor cantidad en los lácteos (la lactosa es uno de ellos) y en alimentos vegetales tan comunes como el trigo y otros cereales, las legumbres y algunas hortalizas y frutas.

EFECTOS DE LOS HIDRATOS DE CADENA CORTA Intestino irritable. La dieta baja en FODMAP ha probado ser efectiva y ha sido aceptada internacio­nalmente como estrategia dietética para adultos con síndrome de intestino irritable.

Agravan síntomas. Los HCCC presentan tres propiedade­s funcionale­s que pueden agravar las molestias gastrointe­stinales: asbsorben l íquido, i ncrementan la motilidad intestinal y, sobre todo, son rápidament­ente fermentada­s por las bacterias digestivas con la consecuent­e producción de ácidos grasos de cadena corta (AGCC) y gases como dióxido de carbono, metano e hidrógeno.

Efectos beneficios­os. Estas caracterís­ticas no impiden que los efectos de los HCCC sean beneficios­os para la mayoría de las personas. De hecho, modulan el sistema inmunitari­o, reducen los niveles de colesterol y de triglicéri­dos, facilitan la absorción de calcio y estimulan el crecimient­o de bacterias digestivas beneficios­as.

Personas vulnerable­s. Sin embargo, cuando la respuesta a los HCCC resulta exagerada – como les ocurre a las personas con determinad­as enfermedad­es y sensibilid­ades– se agudizan molestias como distensión, gases, dolor, náuseas, estreñimie­nto o diarrea, etc. Por eso, en estas personas puede estar indicada una dieta baja en FODMAP, que se debe realizar durante un tiempo limitado. Para hacerla bien y garantizar que no se deja de obtener ningún nutriente puede resultar muy útil el consejo de un profesiona­l de la nutrición.

A QUIÉN AYUDA LA DIETA

Enfermedad­es. La dieta FODMAP se recomienda a personas con síndrome de intestino irritable (SII) o con sensibilid­ad al gluten no celiaca. Y puede ser de ayuda también en enfermedad­es inflamator­ias intestinal­es (colitis ulcerosa y enfermedad de Crohn) y otras con sintomatol­ogía gastrointe­stinal parecida.

Alteracion­es. El problema de base de todas estas alteracion­es suele ser una malabsorci­ón de nutrientes que puede generar déficits vitamínico­s y afecciones como hipersensi­bilidad intestinal por una mayor producción de gases, sobrecreci­miento bacteriano en el intestino delgado y una mayor producción de gases en el intestino grueso. Por todo ello, los alimentos que hacen un gran aporte de FODMAP son perjudicia­les en estos casos.

Celiaquía. Un caso especial es la enfermedad celiaca, un trastorno multisisté­mico autoinmune de origen genético, desencaden­ado por la ingesta de gluten. Tiene manifestac­iones gastrointe­stinales parecidas al SII y el tratamient­o habitual es una dieta sin gluten, una proteína presente en algunos cereales como trigo, centeno, cebada. El gluten produce pequeñas inf lamaciones intestinal­es y su exclusión beneficia a los síntomas y la clínica.

Recurrenci­a. Sin embargo, hay personas que incluso con una dieta libre de gluten siguen presentand­o síntomas gastrointe­stinales. En esos casos, se ha comprobado que los síntomas recurrente­s se deben a la presencia de otras fuentes de FODMAP, como algunas frutas y

vegetales, por lo que una dieta sin FODMAP puede ser de ayuda.

NO ES PARA TODA LA VIDA Valoración profesiona­l. Como hemos visto, una dieta baja en FODMAP puede ayudar a mejorar los síntomas intestinal­es del SII y otras enfermedad­es. Pero no es, en ningún caso, una dieta para seguir toda la vida. El nutricioni­sta es el que debe valorar su necesidad.

Las dos primeras fases. Al principio se propone una dieta FODMAP de dos a seis semanas, dando al paciente alternativ­as de alimentos bajos en FODMAP. Pasado este tiempo, se recomienda ir introducie­ndo los alimentos de un grupo de carbohidra­tos (por ejemplo, fructanos), de uno en uno y durante un periodo de tres días seguidos. Al cabo de tres días, se introduce otro alimento del mismo grupo, y así sucesivame­nte, observando la tolerancia y los síntomas asociados que vaya teniendo la persona. Tercera y última fase. La persona que sigue la dieta FODMAP ha aprendido en este tiempo a conocer lo que tolera mejor y peor, y al final se le establece una dieta más abier t a que la del principio, teniendo en cuenta alimentos altos en FODMAP que la persona tolera y acepta correctame­nte. Adaptación personal. Así pues, es una dieta que varía en función de la tolerancia individual de cada persona y al acabar muchos comprueban que no es necesario que su dieta sea tan estricta como la propuesta inicialmen­te. Es más abierta en lo que respecta a su variedad,

más fácil de llevar y más práctica para manejar los síntomas asociados a los problemas intestinal­es. No más de seis semanas. En el caso de realizar una dieta baja en FODMAP estricta, no se debe superar las seis semanas, ya que, mantenida a largo plazo, puede tener un impacto negativo en la microbiota intestinal y tener consecuenc­ias perjudicia­les para la salud, porque los FODMAP, como dijimos antes, cumplen también un papel beneficios­o.

DÓNDE INFORMARTE Fuentes fiables. Hoy en día las personas interesada­s tienen a su alcance una gran cantidad de recursos digitales que les pueden ayudar a llevar una dieta baja en FODMAP de manera más fácil y, sobre todo, segura. Seguimient­o de la dieta. Una de las apps más recomendab­les donde encontrar informació­n adicional sobre estos alimentos, y sobre el inicio y seguimient­o de una dieta baja en FODMAP, es la propuesta por la Universida­d de Monash, en Australia, que dio a conocer esta dieta y llevó a cabo las primeras investigac­iones sobre sus efectos. Puedes encontrarl­a en la dirección www.bit.ly/appfodmap.

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Disfruta de una dieta variada y baja en FODMAP con arroz, quino a,ber en je na,brócoli, kiwis, melón, uvas…
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