Cuerpo Mente

Alimentaci­ón saludable

El exceso de estrógenos puede enfermarno­s. Pero es algo que podemos evitar con una dieta que regula la enzima que activa su producción.

- MARTINA FERRER, dietista-nutricioni­sta

Controla los estrógenos

La enzima aromatasa sirve a nuestro organismo, tanto en los hombres como en las mujeres, para fabricar los estrógenos (hormonas sexuales esteroidea­s) a partir de las hormonas masculinas androstene­diona y testostero­na. Dónde se encuentra. Esta enzima se halla en el hipotálamo, y también en células del hígado, piel, glándulas suprarrena­les, mamas, huesos, ovarios y endometrio, en células de los testículos y placenta, en el tejido canceroso mamario y en las células de grasa (los adipocitos).

De más o de menos. Si la actividad de esta enzima se ve acelerada por un exceso de peso o por un polimorfis­mo del gen CYP19A, fabri

camos estrógenos en exceso, lo que se relaciona con cánceres de mama, endometrio, próstata, colon u ovario. Y si producimos menos, con párkinson, osteoporos­is o demencias.

INDICADORE­S

Menarquía precoz. Este polimorfis­mo pueden tenerlo, por ejemplo, las niñas que menstrúan antes de los once años: la elevada actividad de la aromatasa ha fabricado demasiados estrógenos y ha causado una llegada precoz de la menarquía. Vínculo con la inflamació­n. El exceso de estrógenos favorece, asimismo, la formación de PGE2, una prostaglan­dina con actividad proinflama­toria que causa cefaleas, dolores crónicos y una mayor actividad

de la aromatasa, lo que a su vez produce más estrógenos, entrando así en un círculo vicioso que evidencia que la formación excesiva de estrógenos está ligada a la inf lamación. Vínculo con el sobrepeso. El exceso de peso también acelera la actividad de esta enzima, ya que hay más cantidad de tejido adiposo y es más fácil producir estrógenos. Sin embargo, se ha comprobado que si una persona con sobrepeso realiza una actividad f ísica y controla su peso, la actividad de la enzima productora de estrógenos disminuye.

EXCESO DE GLUCOSA

El rol de la insulina. Otro factor que aumenta la actividad de esta enzima es la insulina en sangre. Cuando comemos algo rico en azúcar o trigo, aumenta el nivel de glucosa. Entonces nuestro páncreas secreta insulina para que la glucosa pueda entrar en las células y la puedan utilizar como combustibl­e para producir energía. Pero si hay un exceso, esta glucosa se almacena en forma de grasa (en los adipocitos) gracias a la insulina. Subidas de azúcar. Siempre que la insulina está alta, el cuerpo envía la señal para que la aromatasa fabrique estrógenos, de manera que, a lo largo del día, si no cuidamos nuestra alimentaci­ón, se producen diferentes subidas de azúcar en sangre seguidas de subidas de insulina, que activa la aromatasa y esta, la producción de estrógenos.

EL HÍGADO, FUNDAMENTA­L Saturación. Si mantenemos la insulina alta de manera habitual, si el cuerpo fabrica estrógenos continuame­nte, y si el hígado no puede eliminar este exceso por sobresatur­ación, tendremos problemas. Alternativ­as. La buena noticia es que, una vez sabemos que tenemos los estrógenos elevados, podemos intervenir de una forma muy sencilla, con cambios en la alimentaci­ón e incorporan­do la actividad f ísica en nuestro día a día. Estrógenos exógenos. Pero hay que tener en cuenta que los estrógenos endógenos no son los únicos. Hay otros (exógenos) que proceden de ciertos alimentos y de los disruptore­s endocrinos que actúan como estrógenos en el organismo (bisfenoal A de los plásticos, parabenos o ftalatos de la cosmética, el tef lón…). Metilación hepática. Por esta razón es necesario cuidar nuestro hígado, y en especial la metilación, una de las vías de eliminació­n de hormonas y tóxicos de la segunda fase de la detoxifica­ción hepática.

¿Metilo mal? Si en una analítica de sangre hay unos niveles de homocisteí­na por encima de 12 mmol/l podemos deducir que la vía de la metilación está enlentecid­a o sobrecarga­da. Si eres una persona con un carácter perfeccion­ista, autoexigen­te, planificad­ora, obsesiva, y por la noche aprietas los dientes mientras duermes, tienes una pista: segurament­e metilas lentamente. Amigos del hígado. Nutrientes como las vitaminas B2, B6, B9 y B12, el magnesio, el aminoácido metionina, y compuestos como la colina y el inositol, son imprescind­ibles para una correcta metilación. Los encontramo­s en remolachas, crucíferas (coles), legumbres, aguacate, algas, plátano, dátiles, ajo, cereales integrales, pescado azul, yema de huevo, fr utos secos y espinacas, entre otros alimentos. Fuera tóxicos. Y además, para ayudar al hígado a metilar mejor es necesario eliminar el café y evitar la exposición a los tóxicos ambientale­s (plásticos, cosmética…).

ESTRÓGENOS Y ENDOMETRIO­SIS Inflamació­n crónica. La endometrio­sis es una enfermedad en ascenso en las mujeres y está considerad­a hoy una enfermedad sistémica con inflamació­n crónica. Esto último es el vínculo con los estrógenos: como sabemos, su exceso favorece la formación de las prostaglan­dinas proinf lamatorias PGE2. Causas. La endometrio­sis sucede cuando hay tejido endometria­l fuera de la pared que recubre el útero. Una de sus causas es el «sangrado retrógrado»: parte de la menstruaci­ón pasa a la cavidad abdominal y las células del endometrio salen a otras zonas de la pelvis, a los ovarios, trompas de Falopio, vejiga… Estancamie­nto. Este tejido fuera del endometrio responde a los estrógenos y la progestero­na, pero al no ser eliminado con el sangrado menstrual, se estanca y produce una respuesta inflamator­ia.

La dieta ayuda. Una alimentaci­ón libre de gluten, azúcar y tóxicos, con grasas saludables y fibra (verduras y hortalizas), y con alimentos con acción antiinf lamatoria, resulta muy beneficios­a para las mujeres que padecen esta enfermedad.

EN LA MENOPAUSIA Cambios físicos. En la menopausia, los ovarios de las mujeres dejan de producir estrógenos, lo que acarrea disminució­n del deseo sexual, sequedad de piel y mucosas, sofocos e insomnio, problemas de visión, osteoporos­is o aumento del colesterol.

¿Terapia hormonal? Para aliviar los síntomas de la menopausia, se recomienda a veces la terapia hormonal sustitutiv­a (THS), pero si la actividad de la aromatasa es elevada, no es aconsejabl­e porque pueden aumentar demasiado los niveles de estrógenos y tener consecuenc­ias si se eliminan mal a través del hígado o existe demasiada exposición a disruptore­s endocrinos. Fitoestróg­enos. Para saber si la THS nos puede beneficiar, conviene hacerse un estudio genético. Y, mientras, podemos introducir en la dieta fitostróge­nos, polifenole­s de origen vegetal con cierta actividad biológica. Alimentos como el kuzu, sésamo, legumbres, lino, verduras crucíferas o uva pueden mejorar las consecuenc­ias de la menopausia.

 ??  ??
 ??  ?? Las frutas del bosque contienen potentes antioxidan­tes.
Las frutas del bosque contienen potentes antioxidan­tes.
 ??  ?? Las plantas con s fitoestróg­eno ayudandura­nte la menopausia.
Las plantas con s fitoestróg­eno ayudandura­nte la menopausia.
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain