Daniel CohnBendit, el «rojo»
El ministro se ha acercado a visitar las nuevas instalaciones deportivas del Campus de Nanterre. 6 de enero de 1968. Un chaval pelirrojo y algo regordete se acerca a él. Siempre hay algún pesado para estropear una agradable jornada. «Señor ministro, señor ministro he leído su Libro Blanco sobre la juventud y en él no se dice ni una sola palabra sobre la miseria sexual de los jóvenes». «Con la pinta que tiene usted, seguro que debe de saber mucho de ese tipo de problemas. Le recomiendo encarecidamente un buen chapuzón en la piscina». «Su respuesta es digna de un miembro de las Juventudes Hitlerianas». VERDE Y EURODIPUTADO. Ni el ministro ni el chaval inoportuno lo saben, pero Cohn-Bendit acaba de hacer su irrupción en la historia. Tiene 22 años. Y una biografía que se repite entre los dirigentes estudiantiles: hijo de partisanos judíos comunistas unidos a la resistencia francesa. A caballo entre Francia y Alemania, Daniel optará por la nacionalidad alemana. Junto a su hermano Gabriel, va integrando pequeños núcleos libertarios. Dos meses después del encontronazo con el ministro, ambos constituirán el Movimiento del 22 de marzo. Luego vendrían los años de travesía del desierto. Más tarde, la formación de los Verdes alemanes y sus largos años de eurodiputado: el tedio de la edad adulta.