ABC - Cultural

Sacarle los colores a Tàpies

La Fundación Tàpies regresa a la figura del pintor que le da nombre ilustrando su faceta más comprometi­da y política

- ANNA MARIA GUASCH

Apesar de que Duchamp afirmó que uno nunca se debe fiar de las palabras de un artista, lo cierto es que el cambiante e intenso siglo XX abundó en escritos de creadores, autobiogra­fías o también memorias. Fueron muchos los que se creían singulares, únicos, o simplement­e «obras de arte» (como Dalí), junto a esos otros cuya intensidad de vida o de compromiso sociopolít­ico podía quedar soterrado en obras no explícitam­ente críticas, y que sintieron por ello la necesidad de narrar su mundo más allá de su aportación plástica.

A los cuarenta años, Antoni Tàpies, inspirado –entre otros– por Delacroix, Gauguin, Van Gogh, Cézanne y Klee, se encontró en la disyuntiva de, según sus palabras, «narrar las circunstan­cias de su vida», las influencia­s que había recibido, su manera de acercarse al pasado inmediato a partir del presente.

Arte y propaganda

De esa necesidad surgió Memoria personal.

Fragmento para una autobiogra­fía, texto que empezó a escribir en 1966 y que publicó once años después. Una memoria escrita en la época tardofranq­uista, momento en el que el arte era un importante valor de propaganda internacio­nal para el régimen, editada en el primer despertar democrátic­o, una vez la figura de Tàpies estaba plenamente consolidad­a.

A partir de Memoria personal, la Fundación Antoni Tàpies, bajo la responsabi­lidad de su director Carles Guerra, que ejerce de comisario de la muestra, presenta Antoni Tàpies. Biografía política, exposición que de alguna manera inicia el proyecto de conmemorac­ión del centenario del nacimiento del artista, que se celebrará en 2023. La propuesta es de gran interés básicament­e por dos motivos. El primero es que parte de una clara voluntad de replantear la figura de Tàpies de manera global y con una perspectiv­a de presente. El segundo surge del hecho de que, a pesar de que se deriva de la biografía fragmentar­ia del pintor, la exposición no es propiament­e biográfica, sino que se basa en la voluntad de evidenciar las razones de sus obras en un período que abarca de 1946 a 1977.

La cita se plantea así de manera diversa, no uniforme, a partir de signos, maneras pictóricas, acontecimi­entos artísticos o bien otros de carácter político. La cruz, el toro y la T son los símbolos en torno a los que gira. Los dos primeros son iconos de dolor, de muerte, de tristeza, símbolos que en Tàpies, sin embargo, es difícil asociar a acontecimi­entos o a momentos históricos concretos. La T, frecuente a partir de 1966, se relaciona con Teresa –su mujer–, pero también es la inicial de su apellido, lo cual nos lleva a pensar en el mundo cotidiano, el más cercano, aquel que le hace abandonar las «categorías universale­s» o los «valores eternos».

El ámbito de los acontecimi­entos políticos o artísticos está representa­do fundamenta­lmente por dos hechos. El primero, su inclusión en la Documenta 3 de Kassel, una cita en la que se daba valor al individuo por encima de sus circunstan­cias. De distinto orden es el recuerdo que se hace de la participac­ión de Tàpies en la llamada Caputxinad­a, encierro que tuvo lugar en 1966 en el Convento de los Capuchinos de Barcelona con motivo de la asamblea constituye­nte del sindicato de estudiante­s de la Universida­d de Barcelona.

El propio Tàpies afirmaba en su Memoria: «No cabe duda de que aquello fue importante […], una verdadera bofetada al régimen, el cual tuvo que tragar […] aquel gesto democrátic­o, en favor de la libertad de reunión, sindical y de expresión». Este es el Tàpies que, en definitiva, se presenta en la muestra.

Antoni Tàpies Biografía política Fundación Antoni Tàpies. Barcelona. C/ Aragón, 255. Comisario: Carles Guerra. Https://fundaciota­pies.org/. Hasta el 24 de febrero de 2019

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«Gran tela gris para Documenta» (1964)

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