«La música celta es tan “Marca España” como la guitarra flamenca»
El músico gallego Carlos Núñez da el salto a la literatura para condensar en un libro su pasión por el universo celta y desmontar tópicos. Su objetivo primordial es hacernos ver que aquella cultura también era muy nuestra
Museum o el arqueólogo Barry Cunliffe es que en la península Ibérica nació el indoeuropeo, y que cuando nos llegaban las novedades desde el Mediterráneo surgió algo nuevo. Y esa lengua franca, ese celta, va subiendo por el Atlántico hasta llegar a las islas Británicas y vuelve a Europa a través de los ríos del norte. Siempre nos decían que los celtas llegaron de Centroeuropa, pero eso realmente no ha funcionado así, porque los materiales arqueológicos de nuestros celtas de aquí no coincidían con los de allí. Cunliffe y el British nos han dado el gran regalo de situar a España en el centro del mundo celta, como lugar de nacimiento. –O sea, que lo celta también es «Marca España». –Desde luego, igual que lo es la guitarra. Una de las ideas del libro es la famosa diagonal que trazó Miguel Manzano, un etnomusicólogo zamorano, gran sabio. Es la diagonal de la España de la gaita, en el noroeste, y de la guitarra, en el sureste. Lo impresionante es ver esa especie de flujo de ideas, que llegaban del Mediterráneo pero que se reinventaban en el Atlántico, dos energías completamente diferentes que se encuentran e interactúan. En el punto central está Madrid. Es posible que fuera escogido de una forma geoestratégica. Madrid ha tenido su norte, sus cancioneros con música que conectan con la gaita, y eso hoy ya no existe. El flamenco arrasó en Madrid y yo me pregunto por qué ha abandonado su norte. Es un error, y estamos viendo los resultados. Debería volver a ser ese punto de enlace. Madrid es como el Concierto de Aranjuez: si lo tocas con Carlos Núñez durante la presentación de su libro «La hermandad de los celtas» en Madrid