Experimental y transgresora
A pesar del tiempo transcurrido desde la desaparición del Telón de Acero, poco es todavía lo que sabemos de la actividad artística extra oficial en los países comunistas; incluso en uno tan sui géneris como fue la Yugoslavia de Tito, algo menos rígida con respecto de los presupuestos estéticos impuestos por Moscú a sus vecinos. Cuando tras la muerte de Stalin las cosas se relajaban un tanto, los artistas innovadores y/o críticos de aquellos entornos se moverían entre distintos grados de semitolerancia y clandestinidad, por lo que su repercusión exterior sería casi nula. Afortunadamente, la recuperación que se viene produciendo desde hace años de lo realizado durante esos tiempos difíciles está descubriéndonos un plantel muy notable de artistas conceptuales. No cabe duda de que hay que abordar una reescritura de la Historia del Arte europeo en lo tocante a esas décadas, para que muchos de ellos pasen de las notas a pie de página al lugar que por la entidad de su obra merecen.
Tal es el caso de la serbia Katalin Ladik (1942), buena parte de cuya trayectoria ha desarrollado en Hungría. La presente cita en la galería Elba Benítez –dedicada muy pertinentemente a Antonin Artaud– reúne en torno a una veintena de piezas que muestran la naturaleza polifacética de su producción desde finales de los 60, donde se dan –y en ocasiones se mezclan– la performance, la escritura, la música, la foto, el vídeo… Experimental y transgresora, su obra sigue aleteando más allá del contexto histórico que le correspondió. Katalin Ladik O-Pus
Gª ELBA BENÍTEZ. MADRID. C/ SAN LORENZO, 11. COMISARIO: ADAM BUDAK. HASTA EL 27 DE JULIO