CUERPO Y PERSONA
En tiempo de pandemia, cuando los datos tienen la última palabra, bien vale reflexionar sobre el hombre en su integridad
el concepto de razón vital de Ortega y en el concepto de persona de Zubiri. Aparte de otros méritos, esta reivindicación de la filosofía española ante la actual crisis deshumanizadora, ya constituiría, por sí sola, un valor fundamental de este libro. La superación de la crisis de la filosofía pasa por la fenomenología, la hermenéutica y el personalismo. En este proyecto no es poco lo que la filosofía española puede aportar.
Complejidad humana
Una de las conclusiones fundamentales es que la ciencia no puede pretender suplantar a la filosofía y que no existe una alternativa científica para resolver los problemas tradicionales de la filosofía. Ella debe tener en cuenta los resultados de las ciencias, pero la ciencia no puede aspirar a sustituir a la filosofía. Los grandes filósofos han estado alerta a los resultados de las ciencias, pero nunca han pensado que la ciencia anulara
LA CIENCIA NO PUEDE SUPLANTAR A LA FILOSOFÍA. LA PERSONA ES MUCHO MÁS QUE SU CEREBRO
a la filosofía. Mucho es lo que la filosofía puede aprender de las neurociencias, pero la persona es mucho más que su cerebro y no puede reducirse la realidad humana a lo puramente neuronal. El cerebro no piensa; lo hace la persona.
El libro es una defensa de la persona y su dignidad y una valoración de la realidad corporal del hombre. Es, por otra parte, fiel a la complejidad de lo humano. Jesús Conill, en la senda de Zubiri, vincula la moral y la religión. «La conciencia moral presupone la religación».