ABC - Cultural

UNA FILÓSOFA FEMINISTA DEL SIGLO XVII

La Francia del XVII dejó personajes fascinante­s y desconocid­os como Gabrielle Suchon, autora de un tratado sobre igualdad

-

tique que publicó nuestra autora en Lyon en 1693. Acostumbra­dos a contemplar la Francia de Luis XIV a través de las imágenes –muy hermosas, por cierto– que nos ofrece la reciente serie de televisión Versalles, enriquece no poco nuestra percepción de la época el hecho de que, al mismo tiempo que las Mesdames de turno desplegaba­n en la Corte todo su potencial de seducción para acceder al favor regio, había otras mujeres como Gabrielle Suchon que encadenaba­n cientos y cientos de horas de reflexión y de trabajo intelectua­l para producir obras como el Traité citado, cifra, símbolo y muestra fehaciente de lo que una mujer culta era capaz de perpetrar entonces en el terreno de la filosofía.

Al cabo, las femmes savantes de Molière existieron de verdad en tiempos del Rey Sol, pero sin la caracteriz­ación burlesca con que aparecen en la pieza del comediógra­fo.

Se sabe de buena tinta que Gabrielle Suchon escribió sus obras sin ningún tipo de ayuda o intromisió­n masculina y sin ningún consejero intelectua­l procedente del otro sexo, lo cual ya dice mucho de ella, inserta en una sociedad en la que era muy difícil para una mujer mantenerse fuera del marco del machismo dominante. Gabrielle situó su pesquisa conceptual en la estela de obras como Égalité des hommes et de femmes (1622), de Marie de Gournay, editora de Montaigne, su padre adoptivo, y heredera del espíritu de los Essais. Junto a De l’égalité des deux sexes (1673), de François Poullain de la Barre, fueron las dos obras que influyeron más en la filosofía feminista de Suchon, que para no perder autonomía y libertad decidió permanecer soltera de por vida, como explica en su opúsculo de senectud Du célibat volontaire (1700).

SE SABE DE BUENA TINTA QUE ESCRIBIÓ SIN NINGÚN TIPO DE INTROMISIÓ­N MASCULINA

Reclusión y clásicos

Téngase en cuenta que nuestra autora pasó más de veinte años de su vida, entre 1645 y 1666, en un convento de monjas dominicas de Semur-en-Auxois, en

Borgoña, donde había nacido. El training en soledad que le supuso esa reclusión, motivada por el fallecimie­nto de su padre, facilitó su inmersión en la sabiduría de los clásicos grecolatin­os, que eran para ella como de la familia, y en los estudios bíblicos, en los que fue una auténtica especialis­ta.

Pero todo lo que hizo en la vida tuvo un leitmotiv: propiciar con todo tipo de argumentos la igualdad entre hombres y mujeres y derribar los viejos tópicos de la literatura misógina. Entre ellos, el que postula que las mujeres son, por naturaleza, más débiles, ligeras e inconstant­es que los hombres. Después de leer el Tratado... presente no nos queda la menor duda acerca de la radical estupidez de semejante tópico.

 ??  ?? Gabrielle Suchon, en un grabado de la época
Gabrielle Suchon, en un grabado de la época

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain