LA SOMBRA DE SHERLOCK HOLMES
Se recuperan en una excelente edición cuatro relatos, de autor anónimo, sobre el inmortal detective creado por Arthur Conan Doyle
No sólo la sombra de Sherlock es alargada. En el cine llega a Guy Ritchie, antes, Billy Wilder, series de televisión, cómic, videojuegos. En la literatura conoció una estela que fue más allá del propio creador del genial personaje, Arthur Conan Doyle, quien apenas seis años después de la aparición de sus aventuras quiso liquidarlo. Pero no pudo, o mejor, lo mató y después tuvo que resucitarlo. El fenómeno, ante lectores y crítica, se le había ido de las manos. No es extraño, por tanto, que la figura de Sherlock Holmes surgiera en otras lenguas y otras literaturas.
CAMBIO DE PAREJA. Es el fascinante caso que presenta, en una excelente edición e introducción, David Felipe Arranz, con Archivos secretos de Sherlock Holmes. Cuatro historias, de escritor anónimo, componen el volumen. Arranz recupera los relatos, que fueron novelas por entregas publicadas en Alemania entre 1907 y 1911, con ilustraciones de Alfred Roloff, bajo el título de El detective Sherlock Holmes y sus más famosas aventuras. En España, traducidos también de forma anónima, se publicaron en la década de los años veinte del siglo pasado por Atlante, con otro título, Memorias íntimas de Sherlock Holmes.
Con Holmes todo vale. Tanto que el propio Conan Doyle enterado de estos hechos nunca ejerció ningún tipo de demanda. Lo asombroso es que entre los años citados aparecieron en Alemania 230 aventuras. Aquí el minucioso detective cambia de pareja.
«Archivos secretos de Sherlock Holmes». Edición de David Felipe Arranz. Funambulista, 2020. 286 páginas. 22 euros
Watson se retira para dedicarse a su última esposa y le sustituye Harry Taxon, quien sin una especial inteligencia, exhibe un notable poderío físico. Cosa de los anónimos autores. Los cuatro relatos aquí incluidos contienen los habituales escenarios holmesianos: andanzas de una prostituta por Whitechapel; extraños sucesos que ocurren con un tapete verde y ecos de París; aristócratas atrabiliarios, lúgubres cementerios y algo que le fascinaba a Doyle: las voces de ultratumba. Al estilo de las Seis falsas novelas (1927) de Ramón Gómez de la Serna, aquí la copia es deslumbrante. David Felipe Arranz plantea diversas hipótesis sobre el autor anónimo, lo que convierte a esta edición en una breve enciclopedia para entusiastas del género y de Doyle. Más allá de Doyle, Sherlock Holmes sigue ahí, un personaje de todos y para todos.
MALDICIONES FAMILIARES. Nadie, y lo intentaron unos cuantos en diversas décadas y estilos, como el actor Basil Rathbone a la hora de interpretar a Holmes, y nadie como Nigel Bruce para encarnar al entrañable Dr. Watson. La primera versión cinematográfica hoy es una obra mítica. El perro de los Baskerville. Estrenada en 1939 conserva la atmósfera, el tono, los diálogos y hasta la recreación de época de su homónima literaria. Un goce. Leyendas locales, maldiciones familiares, nieblas en la campiña de Datmoor, sesiones de espiritismo y la implacable «lupa en mano» del legendario detective. Un encanto genuinamente inglés con una producción norteamericana. Poco más de una hora ante la pantalla, memorable.
LA RENTA. Regresan las tabernas (con terraza). Los aperitivos, la conversación (a la distancia obligada). La Renta en Majadahonda (c/ Rosalía de Castro, 1) es la referencia. Inolvidable ensaladilla, las ensaladas de tomate, la tortilla de carabineros, la tempura de cinco verduras y los platos de temporada, sin olvidar unas carnes de vaca de Tudanca. Si la sombra de Sherlock Holmes es alargada, la de las tabernas es infinita.
«EL PERRO DE LOS BASKERVILLE», ESTRENADA EN 1939, ES HOY UNA PELÍCULA MÍTICA