Los «palos» del flamenco
El flamenco nació en el margen. El arte creció en los márgenes. Sí, pero no solo. Pensar de otra manera ahonda en la fractura, empobrece el campo. Romper el aire es una exposición compleja, sinuosa, transversal, que muestra un mundo diverso en un tiempo en el que el flamenco verdadero y el arte verdadero se ven constantemente suplantados por el sucedáneo, por la impostura, asumida la situación con la naturalidad de quien vive un tiempo irreversible.
En primer lugar, la propuesta sirve para presentarnos la recién creada pie. Flamenca (plataforma independiente de estudios flamencos modernos y contemporáneos), bajo el auspicio de Pedro G. Romero. En segundo término, permite acercarnos a un conjunto de creaciones heterogéneas que hacen suya la estética del contraste. Estética donde lo intrascendente se transforma en capital y lo sustancial en mundano. Un mundo al revés o un revés del mundo que se vislumbra en el des- parpajo transgresor de Oca- ña, en la directa crudeza de las imágenes de Colita o en las desacomplejadas miradas de Nazario o Agredano. Las manifestaciones emergidas de la cultura más atávica han sido orilladas en su imagen, como sucede en el flamenco, para potenciar sus expresiones menos agresivas, las más neutras. Sin embargo, el interesante programa audiovisual que acompaña el conjunto evidencia la potencia del rescate: esclarecedora es la experimental reflexión sobre lo híbrido que nos proporciona Rocío Molina en Impulso Barcelona (2013), a la sombra de Carmen Amaya; emocionante el testimonio-confesión que canta Álvaro Romero, vibrante, en Nana del culo (2018), de Mauri Buhigas. Colectiva GALERÍA ALARCÓN CRIADO. SEVILLA. C/ VELARDE, 9. HASTA EL 30 DE JULIO
Una de las fotos de Colita de la muestra