Luces y sombras en M. Cervera
La sensación de hipervisibilidad en la que vivimos hace que sea necesario, y hasta saludable, el que se plantee algún que otro cortocircuito que nos permita mantener una cierta actitud discriminatoria con respecto de cuanto llega a nuestros ojos a través de los medios. Una de las maneras más efectivas de promover esa visión crítica y atenta es hacerlo desde el ámbito de la imagen, dejando que sea esta la que muestre su carácter ilusionista.
«Denotación» y «connotación» son dos dimensiones inseparables de todo signo; entre ambas se produce esa tensión que posibilita apurar al máximo su potencial comunicativo. Estrecha relación a cuya luz –nunca mejor dicho– puede ser interesante contemplar las obras reunidas en esta reducida pero sugerente exposición en Marta Cercevera. Entre otras cosas, porque tan importante resulta lo que se ve en ellas como lo que no acaba de verse. Toda iluminación tiene su contrapartida y lo que percibamos finalmente se derivará de esa compacta disparidad.
Si bien Jenny Holzer sería la más explícita de estas artistas (para ella, iluminación es sinónimo de revelación), las tres comparten la noción de oscuridad como ámbito de cuestionamiento del proceso perceptivo. A pesar de su deriva paisajística, las fotos de Holzer resultan más apolíneas (Nietzsche) que las pinturas de Raha Raissnia o que el vídeo de Alex Reynolds, por cuanto estas se mantienen en ese umbral equívoco del claroscuro, que en el caso de la segunda se acentúa con la inestabilidad de lo instantáneo. Jenny Holzer, Raha Raissnia y Alex Reynolds
Proyecto de Jenny Holzer
GALERÍA MARTA CERVERA. MADRID. C/ VALENCIA,
28. HASTA EL 31 DE JULIO