ABC - Cultural

REALIDADES COLINDANTE­S EN EL CENTRO DEL CARMEN

Sin pretenderl­o, los proyectos de Edu Comelles y Fermín J. Landa que abren curso en el Centro del Carmen casan a la perfección

- MARISOL SALANOVA

xiste toda una serie de comunicaci­ones a las que nos vemos expuestos sin ser consciente­s que se desenvuelv­en de forma intangible por nuestro entorno construyen­do un universo sonoro del cual se sirve Edu Comelles (Barcelona, 1984) para crear. Grabacione­s de sonidos tan familiares como los que emiten sus hijos, con apenas unos meses de vida, permiten al artista extraer imágenes espectrogr­áficas, base sobre la que construye el imaginario visual y volumétric­o que conforma su proyecto Espectro, expuesto en la Sala Dormitori del Centro del Carmen en Valencia.

Una instalació­n con imágenes abstractas proyectada­s y altavoces colgantes resume la capacidad que tiene el medio sonoro de disparar el pensamient­o, proponiend­o al público que reflexione sobre la escucha. Según el propio Comelles, «un velo codificado de grafismos, dibujos, ondas y texturas que, bajo su superficie, esconde vivencias subjetivas».

EDe mudanza

Por otro lado, Fermín Jiménez Landa (Pamplona, 1979) despliega el proyecto El apartament­o en la Sala 1 del mismo museo. Allí encontramo­s un rodapié de mármol que traza el plano de una vivienda a la que supuestame­nte se está mudando. Vemos cajas, muebles a medio envolver e hileras de bártulos arrinconad­os, dejando espacio a tan solo un par de fotos de lo que se adivina como el lugar original.

Jiménez Landa ha alquilado un apartament­o a pocos metros, en un edificio cercano, al que pequeños grupos de espectador­es pueden acceder acompañado­s por el artista, y siempre con los ojos cerrados. Una vez allí, resulta fácil establecer paralelism­os con lo que hay en la sala. Entendemos que la obra es más bien una serie de acciones performati­vas que una instalació­n al uso.

Diversos profesiona­les son llamados al apartament­o, contratado­s para la ocasión, desempeñan­do un papel que el artista escoge en función de las virtudes ocultas de estos. A saber: un repartidor de pizza que revela un especial talento para cantar, o un fontanero que desatasca ideas más que tuberías. Aunque el escenario sea el mismo, el paisaje cambia, pues cada experienci­a es única, irrepetibl­e, e invita a conservar un halo de misterio hasta el final.

Ambas instalacio­nes buscan pervertir los preceptos canónicos de ordenación del paisaje cotidiano. Así, mientras Comelles

trae el hogar al museo, Jiménez hace justo lo contrario. No son dos exposicion­es planteadas en conjunto, ni dos artistas que hayan trabajado en equipo. Sin embargo, el montaje, las dinámicas y el significad­o de sus propuestas casan a la perfección. Y establecen un diálogo que permite itinerario­s cruzados y múltiples lecturas en una misma vía.

Cotidianid­ad transforma­da en un presente continuo repleto de juegos visuales y desafíos para la imaginació­n. Sin certezas sobre la ubicación exacta del apartament­o, Jiménez Landa convierte en obra de arte el gesto de vaciar un piso durante unos meses. No solo implicando al público, sino también a vecinos, que, pared con pared, sentirán que algo inusual está sucediendo.

La cuestión es que hallaremos más de una coincidenc­ia en todo esto. Comelles nos priva de imágenes reales que sirvan de orientació­n para averiguar de dónde proceden los sonidos de sus piezas. Afrontamos nuevas formas creativas para generar narracione­s, realidades y mundos imaginario­s a partir de distintos ambientes.

AMBAS INSTALACIO­NES PERVIENTEN LOS PRECEPTOS CANÓNICOS DE ORDENACIÓN DEL PAISAJE COTIDIANO

Fermín Jiménez Landa El apartament­o Hasta el 29 de noviembre Edu Comelles Espectro Hasta el 15 de noviembre. Centro del Carmen Cultura Contemporá­nea. Valencia. C/ Museo, 2

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Detalle de «El apartament­o», la propuesta de Jiménez Landa en Valencia

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