Un hombre solo en medio del desastre
Este libro póstumo de Jorge M. Reverte narra de forma ejemplar y melancólica la derrota de Annual, de la que se cumplen cien años
El soldado Eulogio de la Vega contó en 1921 lo que pasaba en un blocao en el norte de África, una estructura defensiva de madera, para quince o veinte soldados, «tiritando de frío y de miedo, con los ojos borrosos por el esfuerzo». Con un aparato de señales rudimentario y un rosario entregado por su progenitora, no sabemos si volvió para contarlo. Quienes cumplían con el servicio, señaló un compañero suyo, «no volvían la cara para mirar lo que habían dejado atrás». Este libro narra en su centenario el «desastre de Annual», que enfrentó a los rifeños encabezados por Abd el-Krim y al Ejército español en Marruecos, al mando del general Manuel Fernández Silvestre. También es el último libro de Jorge M. Reverte, que falleció un mes antes de que se publicase este volumen, en el que contó con la extraordinaria colaboración de Sonia Ramos y M’hamed Chafih. La investigación se refleja en una edición ejemplar. No nos hallamos ante un libro de ocasión, sino ante un intento más que logrado de historia militar puesta al día. Silvestre no sobrevivió y cayó víctima de un tirador rifeño: «Un hombre solo espera la muerte en medio del desastre que él mismo ha montado», señala Reverte. Son páginas melancólicas, pues tantos soldados españoles muertos, quizás doce mil, podían haber salvado la vida. Un telegrama transmitiría una falsedad, que Silvestre se había suicidado. Un guerrero rifeño se autoadjudicó haberle acertado con un certero disparo a la cabeza. Lo más importante del volumen es que, dentro de la tradición del reportaje histórico, asume una interpretación historiográfica tradicional, aquello fue una carnicería innecesaria, mas los datos y testimonios están ahí, para que el lector llegue a sus propias conclusiones.
El vuelo de los buitres
LA INCORPORACIÓN DEL PUNTO DE VISTA rifeño resulta fundamental y puede llegar a ser, dentro del drama terrible que refiere, hilarante en el sentido en que subraya la impericia suicida y la ineptitud manifiesta del mando español. Aparecen nuevas orientaciones, misterios como la personalidad del general Silvestre, incólume ante lo que pasaba ante sus ojos, mientras las órdenes de defensa, autoprotección, el sentido común, brillaban por su ausencia. En vez de novelas históricas impostadas, aquí tenemos en el trasfondo una gran historia, la de España como país africano desde hace más de cinco siglos. Cierto, con un episodio trágico, que Reverte refiere en 16 pequeños ensayos. En la primera parte, se desgranan las razones: los intereses nacionales españoles (han leído bien), que existían y era preciso defender. En la segunda, la guerra, cruel, despiadada, con los rifeños torturando y pasando a cuchillo a todo cristiano que se movía. A pesar del intento del caudillo Abd elKrim de proclamar su República del Rif, al final fue derrotado por España. Ver en él un precursor de la lucha anticolonial, como hizo por ejemplo el ché Guevara, es un disparate sesentero. Otro más.