FRISO DE LECTURAS IMPRESCINDIBLES
Desde el análisis histórico a la memoria personal, estas novedades editoriales exploran diferentes visiones patrias
DESDE LA IZQUIERDA. Este libro comienza por el más clásico de nuestros tópicos literarios al advertir que Don Quijote es un hombre que intenta existir sin lograrlo del todo. En riguroso cumplimiento con la costumbre inveterada de asemejar España al personaje cervantino, Santiago Alba Rico destaca que esa condición frustrada es uno de los atributos de nuestro país. En las páginas más rotundas, de hecho, el filósofo alcanzará a certificar que España es una nación fracasada, lo que, de nuevo, conecta este texto con una prolongada tradición ensayística y afectiva.
Más allá de la afinidad en el diagnóstico, para muchos discutible, el libro de Alba Rico es, ante todo y sobre todo, un libro magníficamente escrito. De vocación confesamente decimonónica e inspiración galdosiana, este ensayo adquiere su valor más singular cuando se aleja de los lugares comunes, que resultarían previsibles en un autor abiertamente de izquierdas que vuelve a confrontar el problema de España. Sus páginas más personales y el arraigo autobiográfico de algunas lúcidas intuiciones condensan en España una colección de alternativas posibles para el imaginario patrio y su crítica. DIEGO S. GARROCHO
España Santiago Alba Rico Lengua de Trapo, 2021, 316 páginas, 18,50 euros
GEOESTRATEGIA SENSIBLE. El diplomático, abogado y filólogo José María Ridao se inscribe en la tradición de quienes proponen un examen de la Historia de España atenta a resquicios, anomalías y fronteras, africanas, asiáticas, americanas e interiores. De ahí que, en los ocho capítulos que conforman la obra, resuenen visiones que ponderan tanto una percepción geoestratégica sensible a las distancias culturales, reales e inventadas, como a los temas de nuestro tiempo. Cuenta historias que son tiempo presente, pues alude a Cervantes, Carlos III, Jovellanos y Azaña, con frases que parecen escritas ayer. El argumento se centra en las condiciones de desarrollo del liberalismo español. Sin duda, es brillante que aluda a su obsesión con el Estado, más que con la nación. ¿Podía haber sido de otro modo, en la medida en que la transición en España desde el Antiguo régimen hacia la nación de ciudadanos libres e iguales, se realizó desde un imperio atlántico multiétnico, y no desde una entidad política fragmentada preexistente? La anomalía española vendría dada por el menosprecio de las hazañas de quienes mantuvieron y mantienen la administración y el Estado en marcha, mas la conversación de Ridao con los mitos de la Historia de España enseña mucho. Quizás, en la senda cervantina que reivindica, lo que sobran son ficciones y resentimientos, tantos pasados inventados. Cuando la verdadera épica la escriben todos los días, eso sí lo supieron ver los denostados liberales españoles, quienes sirven a la nación, en vez de servirse de ella. MANUEL LUCENA GIRALDO
República encantada. Tradición, tolerancia y liberalismo en España José María Ridao Tusquets, 2021, 336 páginas, 20 euros
LA PATRIA DE LAS COSAS PEQUEÑITAS. Ana Iris Simón empieza ‘Feria’ con un capítulo que se titula ‘Me da envidia la vida que tenían mis padres’, y que amplía el famoso discurso que dio la vuelta a la España escandalizada, es decir, la que lee entre poco y nada. El segundo capítulo, ya, es un recuerdo de infancia tejido con un lirismo portentoso y personalísimo, arraigado en la experiencia, en el tacto, en el amor. La autora reseña las discusiones adolescentes con su padre, de tradición comunista, en las que le preguntaba una y otra vez que por qué los obreros no podían tener patria, bandera. Al principio él le respondía que porque España no tenía definición, pero acabó claudicando, a su manera: «El relato lo hacemos nosotros o lo hacen los otros [...] El imaginario lo creáis los que sabéis escribir. A los demás se nos olvida». Así que ella rescata símbolos o los inventa, y afirma que «a veces los muertos
de los otros son también los propios», porque intuye que algo nos une además de una Constitución y unas fronteras. Pero no hay aquí una teoría política, ni mucho menos: no es memoria histórica, sino memoria personal, íntima, esa memoria que nos separa en lo específico y nos une en lo común, en la sangre, porque las familias se parecen mucho unas a otras, sean felices o infelices, y porque no todo lo que llevamos detrás es lastre. En fin, el país de Ana Iris Simón se resume en lo pequeño. Por ejemplo, en el almendro que su abuelo plantó en un camino de San Isidro, en las tardes en las que iban a regarlo, en la garrafa de agua, en las ganas que tiene de llevar a su hijo a verlo y explicarle de quién es ese árbol. BRUNO PARDO PORTO
Feria Ana Iris Simón Círculo de Tiza, 2021, 232 páginas, 19,95 euros
DEL MOLINO Y LA POSOLOGÍA DE IZQUIERDA. Sergio del Molino ha regresado al concepto acuñado por él mismo en ‘Contra la España vacía’. Establece con poderoso aliento ensayístico un lúcido y meticuloso diagnóstico sobre los problemas –o las patologías– de la izquierda progresista con el nombre y los símbolos de la comunidad política en la que vivimos: España, y los eufemismos para evitar nombrarla. Con ojo clínico dibuja los orígenes de la dislexia patriótica que permite a la izquierda, sin ambages, asumir los símbolos de los nacionalismos periféricos, étnicos, incluso reaccionarios, y dar rienda suelta a los discursos emocionales mientras asocia por pereza mental lo español a lo franquista, sin importarle la deslegitimación que ha sembrado.
Del Molino desbarata la impugnación de la Transición en un brillante fragmento satírico en el que demuestra que el catalanismo es un proyecto franquista (sic). Acierta al señalar las fortalezas funcionales de la España democrática –visibles durante la pandemia–, las ecualiza con valores tradicionales de la izquierda y señala lo insostenible de un patriotismo constitucional que no se vincule a patria alguna. He ahí el diagnóstico. Luego vienen los efectos secundarios: la falta de tradiciones comunes, la plaga identitaria –aquí es relevante su testimonio familiar con el idioma valenciano– que disuelve nuestra convivencia, la incongruencia de valores como el europeísmo si se defienden para denostar nuestras leyes y el mito de un país plural, pues «se impone ante el viajero un país homogéneo». ¿Aceptamos entonces –se pregunta– que vivimos en un aquí y un ahora y que solo ese es el objeto de discusión? «Lo aceptamos o lo negamos, no hay más alternativas». Es valiente en el diagnóstico y la cartografía del tratamiento preciso para un cambio de orientación, pero flaquea en la posología. Se zambulle en la autofiguración, en la que Del Molino es maestro. Enciende las luces pero luego se esconde como si no se atreviese a aplicar las conclusiones más visibles de su propio texto. Podemos «narrar, criticar y mejorar nuestro país sin corregir su Historia», concluye. Pues claro. Su flaqueza es la posología, la que la izquierda inteligente todavía mira de soslayo. JESÚS GARCÍA CALERO
Contra la España vacía Sergio del Molino Alfaguara, 2021, 280 páginas, 17,95 euros