Fuerza irresistible
Ópera prima de Pascual Martínez, en la que la intensidad de lo narrado te arrastra a la lectura
Pocas cosas hay más inteligentes que un comienzo imperfecto y Pascual Martínez (Logroño, 1973) parece tenerlo muy claro, porque con ‘La patria de los suicidas’, su primera novela, una Serie B de atractivo indiscutible, ofrece al lector una muestra de su tremendo potencial como autor del policiaco más negro y le arranca una promesa, la de permanecer atento al próximo título del logroñés para lanzarse inmediatamente sobre él.
Y es que, si bien hay en esta ópera prima algunos puntos débiles propios de quien decide priorizar la historia sobre la forma que la contiene, como una excesiva sencillez de la sintaxis y una evidente tendencia a emular a las voces más clásicas del ‘noir’, que cristaliza en el perfil de algunos personajes, la fuerza de lo narrado se impone por encima de estas carencias y suaviza su efecto para arrastrarnos a una compulsiva lectura. Es una realidad que gran parte de los municipios con la tasa de suicidios más alta de España se encuentra en un área conocida como «El triángulo de los suicidas», en cuyos vértices se sitúan Alcalá de la Real, en Jaén, y en Córdoba, Priego de Córdoba e Iznájar, el pueblo escogido por Martínez para el desarrollo de su ficción criminal. Hasta allí y a regañadientes es desplazado desde Madrid el sargento de la Guardia Civil Ernesto
Pitana, que asiste con un calor de mil demonios, el mismo día de su llegada, al descubrimiento de un ahorcado a las afueras del pueblo. Para la mayoría de los lugareños, incluidos los compañeros de cuartel de Pitana, acostumbrados a un goteo constante de muertes por voluntad propia, el ahorcamiento reúne las características de un suicidio más, pero al sargento le huele a crimen.
Así es como, con una excelente ambientación, con fonda y bar de parroquianos incluidos, y un acertado retrato de la influencia del clima y la soledad del entorno rural andaluz sobre las actitudes, Pascual Martínez, mucho menos refinado que Domingo Villar, novelista emblemático de ‘Siruela Policiaca’, la colección en la que se ha publicado ‘La patria de los suicidas’, pero más directo y chusco –rasgos interesantes sobre los que fundamentar un estilo– construye su relato y nos seduce, porque sabe mirar y desgrana con buen ritmo, salpicando con ellas la trama, las pinceladas de un costumbrismo que nos resultará muy cercano al enseñarnos su cara más alegre, pero casi desconocido al destapar su rostro más sombrío.