TOUS, EL MACBA Y LA CANONIZACIÓN DEL CONCEPTUAL CATALÁN
Ferran Barenblit estaba eufórico cuando en febrero de 2020 se formalizaba la donación al MACBA de la colección de Rafael Tous compuesta por un millar de piezas de ‘arte conceptual’. Estaban llegando entonces las peores noticias sobre el covid-19 en China y en pocas semanas el mundo entero estaría colapsado. La idea inicial era la de haber inaugurado la presentación de estos impresionantes fondos en noviembre, pero las oleadas sucesivas de la enfermedad han llevado a que sea ahora, coincidiendo con una retrospectiva de Felix Gonzalez-Torres, un artista marcado por otra pandemia. Es oportuno recordar que hace unos años Tous trató de vender su colección a este museo, para mantener abierta su mítica galería Metrònom, pero la operación se frustró. Durante casi cincuenta, fue aumentando su colección en complicidad absoluta con los artistas, acompañándolos en sus itinerarios creativos que, habitualmente, les llevaban fuera de las dinámicas comerciales más fáciles. En 1980, cuando abre Metrònom en Sant Gervasi, nadie había dispuesto a comprar estas obras y no habían ‘florecido’ todavía en España museos que entendieran que lo contemporáneo podía ser algo más que entusiasmos pictoricistas. Es verdad que a mediados de los setenta se había producido una cierta efervescencia experimental que analizó rigurosamente Simón Marchán en ‘Del arte objetual al arte de concepto’ y que tuvo su máximo esplendor en los Encuentros de Pamplona de 1972. ‘En tiempo real’ es una imponente muestra de obras de 28 artistas, entre los que están Fina Millares, Antoni Llena, Pere Noguera, Rabascall, Muntadas, Eva Lootz, Eugènia Balcells, Àngels Ribé, Teresa Gancedo o el primer Ferran García Sevilla. Destacan la instalación de Francesc Abad ‘Europa, arqueología de rescat’ o ‘Les portes de Linares’, de Jordi Benito. Los ‘nuevos comportamientos’ que comenzaron en Cataluña en eventos como la muestra de arte joven de Granollers (1971) o ‘Informació d´Art Concepte’ (1973), en Banyoles, dan cuenta de una generación interesada en expandir las fronteras del arte pasando a la acción, tomando en cuenta la Naturaleza, interfiriendo en los medios y canalizando preocupaciones políticas. La polémica no faltó, y la que se montó contra el ‘paternalismo’ de Tàpies es memorable. Aunque la contemplación de ‘No hay replay’ de Carlos Pazos en la Capella nos haga ver telarañas, lo cierto es que estos planteamientos conceptuales están sometidos a apasionada revisión y a moroso ‘archivismo’ desde hace casi dos décadas. Los fragmentos de marcos del colectivo CVA transmiten una extraña sensación ‘monumental’, como si lo periférico se hubiera vuelto, definitivamente, canónico.