LA NUEVA ANORMALIDAD DE DAISY JOHNSON
‘Bajo la superficie’ es su novela debut, con la que fue preseleccionada para el Premio Man Booker 2018
s bien conocido y admirado (aunque discutible) aquel firme ‘dictum’ sobre la naturaleza de las familias felices y las familias tristes con el que Tolstói nos hace subirnos al tren de ‘Anna Karenina’. El gran maestro ruso, claro, no se anima a dejar asentado nada en cuanto a una tercera categoría de tribu porque, claro, allí no se puede afirmar nada categóricamente, en ellas cualquier cosa puede pasar y pasa. Me refiero al amplio, pero imposible de censar, grupo de las familias raras. Las hay luminosas y las hay de las... otras. Esas que a la hora de las vacaciones parecen elegir siempre como destino aquella ‘Costa de los Mosquitos’, de Theroux, con ‘El señor de las moscas’ como libro para que se distraigan los pequeños.
Y son aquellas a las que se ha venido dedicando Daisy Johnson (1990) desde que debutó con la merecidamente alabada colección de relatos ‘Fen’ (2017) y a las que volvió a invitarnos con su segunda novela ‘Sisters’ (2020). Entre una y otra descuella esta ‘Bajo la superficie’ donde los vínculos de la sangre no tientan con otra cosa que no sea la posibilidad de derramarla.
Escalofriante
‘Bajo la superficie’ forma parte y es más que digna exponente de una nueva literatura femenina de lo perturbador y anormal (la también reconocedora de esa tradición tan británica del ‘folk horror’). Género que trasciende al idioma inglés y ahí están, en español, los más que celebrables nombres de Mariana Enríquez, Camila Fabbri, Mónica Ojeda, Samanta Schweblin, María José Navia y Sara Mesa entre muchas otras bajo la mirada tan cálida como escalofriante de Julio Cortázar.
Lo que cuenta Johnson aquí es el retorno al hogar de la lexicógrafa y treintañera Gretel para (luego de muchos años distanciadas) cuidar a su madre Sarah. Y antes de que el olvido del alzhéimer lo borre todo, Gretel tiene muchas preguntas para Sarah (preguntas hasta ahora sin respuesta) acerca de lo que en verdad sucedió hace tanto, aquel invierno en Oxford, cuando las dos vivieron en una casa flotante a la que llegó el joven vagabundo Marcus mientras, en las profundidades, un ser mítico y monstruoso, el Boak, parecía acecharlos como aquel Calibán de ‘La tempestad’.
Así, ‘Bajo la superficie’ se lee como una suerte de formidable episodio ‘unplugged’ y acústico de ‘Black Mirror’ musicalizado con Kate Bush y apelando a temores mucho más ancestrales y atávicos y atemporales y permanentes que una pasajera ‘app’ enloqueciendo a sus adictos dueños. Porque (bien lo sabe Johnson y muy bien lo comunica en algo donde se funde la tragedia griega con el cuento de hadas) antes de todo ‘gadget’ siempre estuvo y estará ese muy largo cortocircuito de ascendencias y descendencias. Así, lo que se pregunta aquí es si acaso existe algo más sobrenatural y paranormal que el odioso amor o el odio amoroso impuesto por los dictados del apellido. Johnson, con maestría y, sí, original familiaridad, responde a esa pregunta que muchos, por razones obvias, prefieren no hacerse en su no-ficción para así poder disfrutar y temblar de profundas ficciones como ‘Bajo la superficie’: leyéndolas de lejos para distraerse de que las tienen tan cerca.
SE LEE COMO UN FORMIDABLE EPISODIO ‘UNPLUGGED’ Y ACÚSTICO DE LA SERIE ‘BLACK MIRROR’