El gran Caruso
Se cumplen cien años de la muerte del tenor italiano
El 2 de agosto se cumplirán cien años de la muerte de Enrico Caruso, el tenor de ópera más popular del siglo XX. El 11 de abril de 1902, en el Gran Hotel de Milán, realizó la primera grabación de la historia: diez canciones en dos horas. Cantó también la ‘Mattinata’ de Leoncavallo: la primera escrita para grabarse. Su versión de ‘Vesti la giubba’, de ‘Pagliacci’, fue la primera en vender un millón de ejemplares. Le llamaron «el creador del gramófono».
Su fama está unida al Met (más de 800 actuaciones), a Toscanini. En la época de Al Capone, se convirtió en el prototipo del emigrante italiano en los Estados Unidos: un napolitano sonriente, comilón, mujeriego, buen negociante. Se bañaba dos veces al día, le gustaba vestir bien, los cigarrillos egipcios, coleccionar sellos, relojes, monedas...
Popularizó en el mundo las muy sentimentales canciones napolitanas, como ‘A Vucchella’:
«Eres como una florecilla: tienes una boquita sólo un poquito marchita»...
Corrían leyendas sobre su voz: era capaz de mover un piano, sostenía una nota 40 segundos... Algunos lo atribuyeron a la longitud de sus cuerdas vocales. Él lo explicaba con sencillez: «Nunca forcé la voz. Siempre quise dar sensación de naturalidad». Y con orgullo: «Pecho grande, boca grande, 90% de memoria, 10% de inteligencia, mucho trabajo y algo de corazón».
En 1951, muchos descubrieron la ópera gracias a la película ‘El gran Caruso’ protagonizada por Mario Lanza, de origen italiano. En 1986, Lucio Dalla escribió la canción ‘Caruso’, interpretada por Pavarotti: «Ti voglio tanto assai, ma tanto, tanto bene, sai». Y hasta las barcas de pescadores que volvían al puerto se paraban a escucharlo.
¿Cuándo se filmará otra biografía suya? Robert de Niro, vestido por Armani, dirigido por Ford Coppola, nos volvería a hacer soñar con el gran Caruso.
Corrían leyendas sobre su voz: movía un piano, sostenía una nota 40 segundos