UNA AURORA VACÍA DE SURREALISMO NÓRDICO
La primera historieta de Jason en este ‘Amanecer roto’, una suerte de ‘ First dates’ fallido sobre la incomunicación entre dos pájaros, alcanza cumbres retorcidas con invitados como Marge Simpson, Freud y René Magritte, y es la mejor síntesis de lo que veremos a lo largo de este cómic del dibujante noruego: melancolía, cultura pop, surrealismo, optimización narrativa y dibujo existencialista. Es un inicio por todo lo alto de la blandura que inocula, para luego caer en impacto súbitamente. Después, mundos insólitos protagonizados por George Perec, Ionesco, un resumen de ‘ Crimen y castigo’, Joyce, la muerte de ‘ El Séptimo Sello’ o Spock aparecen por los capítulos, algunos experimentales, de este ‘Amanecer roto’, que en el propio título imprime un tono poético que luego se regatea así mismo en un compendio de ejercicios dispersos de búsqueda artística, intelectualoide y difusa en su comunicación como le ocurre al propio protagonista de la primera historieta, que se queda sin habla y algo apesadumbrado. Con lo que se intuye de dominio del trazo pocho y capacidad para contar historias con la gorra de un talento que parece ha escalado un grado de dificultad para no querer contar lo contado, algo muy a valorar, pero que se despeña en la batidora de referencias y juegos formales que tienen un extraño estrambote en la entrevista que incluyen con el autor noruego al final en la que confiesa que no ha leído nada de Kafka a pesar de protagonizar una de sus historias. Esto sí que es kafkiano. Y algo peor.