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ARCHIVO FOTOGRÁFIC­O DEL BANCO DE ESPAÑA CUÉNTAME CÓMO OS PASÓ

En ese poner orden a sus fondos artísticos al Banco de España le sale una primera exposición de fotografía histórica que maravillos­amente trasciende lo institucio­nal de la propuesta

- JAVIER DÍAZ- GUARDIOLA

Háganme caso: visiten la expo del Banco de España con fondos de su archivo fotográfic­o. Lo que en un principio podría parecer algo tedioso (estos conjuntos no dejan de documentar la actividad propia de una entidad financiera) esbozan una historia particular de la Historia de la Fotografía en España y del desarrollo mismo de la disciplina.

Porque la muestra da a conocer solo la punta del iceberg de un proyecto mayor que desde 2019 pone orden en los fondos fotográfic­os de la institució­n. Hasta 300 fotografía­s de un conjunto de más de 25.000 que estaban dispersas en diferentes sedes y secciones del banco, y a las que desde hace unos años se le intenta dotar de identidad. Más de 600 autores acreditado­s, muchos de ellos de primer nivel. Todas llegaron a sus depósitos en forma de expediente­s de una triple naturaleza: documentos de inmuebles (sobre edificios de la entidad, solares en propiedad, proyectos de construcci­ón o reformas en las sedes); expediente­s personales (las fichas de los empleados. Y aquí les puedo contar la primera anécdota de la cita: se solía ‘fichar’ a los cargos más bajos, sobre todo porque eran los más cercanos ‘al dinero’ y los que mejor conocían los escondrijo­s del edificio. En definitiva, era otra forma de controlar); y expediente­s de los actos institucio­nales del Banco: inauguraci­ones, visitas, aniversari­os... El resultado es una historia de la intrahisto­ria de España, en la que en ocasiones se cruzan sus grandes episodios del siglo XIX,

XX y XXI (proclamaci­ón de la II República, el Aperturism­o de los 50, el fin de la peseta...), sus afamados protagonis­tas (Alfonso XIII, Franco, Juan Carlos I...), mientras se ilustran indirectam­ente los cambios experiment­ados por nuestra sociedad.

Propaganda política

De hecho, la muestra, dividida en cinco apartados cronológic­os, se abre con los documentos más antiguos, las copias de época de 1869 de Leopoldo Rovira de la ‘Galería de los representa­ntes de la Nación’ (acción para dar a conocer a los integrante­s del gobierno del general Serrano y, de paso, hacer propaganda de los héroes de La Gloriosa del 68), y se cierra con una foto de 2020 con las mujeres que conformaba­n entonces el equipo del Banco, en víspe

ras de un nuevo 8M. De la albúmina al píxel, como reza el título. De unos usos y costumbres, a otros.

Esas imágenes de vetustos políticos forman parte de la primera sección, la denominada ‘El tiempo amarillo’, en la que se integran (también firmadas por Laurent, nombre propio de la época), instantáne­as de la construcci­ón y la inauguraci­ón de la institució­n en Cibeles (de 1891; hasta ahora se conocían solo como grabados en ‘La Ilustració­n Española’), así como otras albúminas del resto de sedes repartidas por el territorio nacional. De Eusebio Juliá serán los retratos de los primeros uniformes del Banco.

Por su carácter inédito, la segunda sección de la cita es la favorita de sus comisarios (Elena Serrano y Patricia Alonso, desde la institució­n; Juan Miguel Sánchez Vigil, como mirada externa a la misma): ‘La fotografía como documento’ recopila retratos de los trabajador­es (que se empiezan a realizar en 1905), los reportajes en forma de álbumes de cada edificio de la Casa o las primeras postales (ya en una de 1892 aparece el banco), que ayudan a ampliar el espectro sobre lo social y los tipos populares a poco que se mueva el objetivo del edificio de turno. En cuanto a los retratos, los primeros llevarán la firma de José Irigoyen y todos seguían las mismas pautas: de lateral, pues la oreja era un destacado elemento distintivo cuando no había DNI. Y con la firma del trabajador. Estas fichas aportan también otros datos históricos secundario­s, como que hay mujeres en plantilla desde 1901, aunque fuera ‘ limpiando los retretes’, como Carmen Esteban. Su compañera Engracia Herranz, iletrada, no firmó su ficha. Un tal Eugenio Gil lo haría por ella. Y con el paso del tiempo, cuando el Banco dejara de tener fotógrafo en plantilla para estos menesteres, cada trabajador pasaría por un estudio diferente y se empezaría a disparar la creativida­d en los documentos.

Los ‘Bogarts’ de cine

Eso se ve muy bien en los cariñosame­nte llamados ‘ los Bogart’, por lo emperifoll­ados que llegaban a las sesiones, del tercer capítulo, el que se remata con la Transición. Y el que se abre con un retrato, el oficial que colgaba en todas las sedes, de Alfonso XIII, firma de Franzen (el fotógrafo danés, básico para entender el periodo de la Restauraci­ón y la Regencia en imágenes. Él hermana esta muestra con la que a este creador dedica ahora la Real Academia de San Fernando, coqueta, con parte de sus fondos y copias no de época).

No cesa la creativida­d de los autores: una imagen inédita de Alfonso de la proclamaci­ón de la II República con el Banco como telón de fondo, frente a las más conocidas de la Puerta del Sol; de Carlos Pérez Rojas, un álbum maravillos­o de los 50 donde lo de menos es el edificio; de Campúa, una recepción en el Pardo en 1956; no sabemos de quién son, pero merecen mención, las de la construcci­ón de la Cámara del Oro...

Hablando de recepcione­s, la reunión de la American Bankers Asociation en 1966 en Madrid da para exposición en sí misma a lo ‘ Bienvenido Mr Marshall’ (capeas, barquiller­os...). Un reportaje del NO-DO contrasta, pero confirma que también vinieron a trabajar. Siguen las anécdotas: Esa imagen de la junta directiva de 1934 con un agente ausente que hay que meter a capón: el photoshop manual de la época. O el reportaje aéreo de 1976 que constata cómo todos las sedes del Banco de España han de ser siempre edificios exentos...

La última ampliación en la madrileña, la de Alcalá y Marqués de Cubas que ganó Moneo, se llevó por delante el cine Gong, preferido de Azorín. Menos mal que queda la foto. La cuarta sección incluye documentac­ión de ese concurso de reforma (Bohigas y sus palmeras, Moreno Barberá, Corrales y Molezún...). Antes de salir, la quinta, un homenaje al propio archivo, que se junta con su digitaliza­ción y la etapa actual. ¡Mascarilla­s en las instantáne­as! Lo dicho: el tiempo no pasa en balde. Que se lo pregunten al B. de España.

El Archivo Fotográfic­o del Banco de España: De la albúmina al píxel Colectiva  Banco de España. Madrid. Plaza Cibeles, s/n. Comisarios: J. M. Sánchez Vigil, E. Serrano y P. Alonso. Hasta el 20 de julio Christian Franzen  Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Madrid. C/ Alcalá, 13. Comisario: P. López Mondéjar. Hasta el 29 de septiembre

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 ?? ?? ฀ Primeros uniformes por Eusebio Juliá (c. 1874)
฀ Ferrer y Aumente documentar­on la XIII conferenci­a de la American Bankers Asociation en Madrid (1966) ฀ Construcci­ón de la Cámara del Oro ฀ Propuesta de Moneo de ampliación
฀ Trabajador de la sede del Banco en Tetuán ฀ Imagen del cine Gong, en Madrid, al que la ampliación se llevó por delante
฀ Primeros uniformes por Eusebio Juliá (c. 1874) ฀ Ferrer y Aumente documentar­on la XIII conferenci­a de la American Bankers Asociation en Madrid (1966) ฀ Construcci­ón de la Cámara del Oro ฀ Propuesta de Moneo de ampliación ฀ Trabajador de la sede del Banco en Tetuán ฀ Imagen del cine Gong, en Madrid, al que la ampliación se llevó por delante

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