LA SOBREEXPOSICIÓN DE TURÍN A LA FOTOGRAFÍA
Pese a llevar la imagen fija y en movimiento en su ADN la ciudad italiana no contaba hasta hoy con un festival fotográfico Exposed hace las veces con la triple cita Expanded como plato fuerte
Me explican los que saben en esta ciudad Centroeuropea que la relación de Turín con la fotografía viene de lejos: la hoy capital del Piamonte, en su día primera de una Italia que forjaba su unificación, puso al servicio del nuevo país su afán por el progreso y el desarrollo industrial, lo que también incluía aquellos desarrollos tecnológicos aplicados a las artes. Y en la Galleria Civica d’Arte Moderna (GAM), una de las sedes del proyecto que concita estas líneas, se atesora uno de los daguerrotipos más antiguos de la Historia de la foto italiana, el que en 1839 dedicara a la Gran Madre di Dio Enrico Federico Jest, muy pocos años después del despliegue de la nueva técnica.
A un paso
Le beneficiaba su enclave estratégico, a un paso de Francia y de Suiza, de forma que, por ejemplo, los ecos del nuevo cinematógrafo de los Lumière resonaron pronto en los soportales de sus calles. No en vano, la Mole Antonelliana, con sus 168 metros de altura , uno de los museos de cine más interesantes de Europa, es hoy la imagen de la ciudad. Y buenas casas editoriales dedicadas al libro fotográfico hundieron sus raíces en estas latitudes.
Por eso quizás puede resultar extraño que hasta ahora un destino que incluso alberga en su catedral una de las ‘instantáneas fotográficas’ más prehistóricas de las que puedan existir (y me refiero si me permiten la metáfora, a la Sábana Santa, ese cuerpo que se fundió con un lienzo como lo hace la luz sobre el papel fotográfico) no contara aún con un festival dedicado a la imagen.
Con esta vocación nació este mes ‘Exposed’, el festival internacional de Foto de Turín, dirigido por Menno Liauw y Salvatore Vitale; en su primera edición, hasta el 2 de junio (aunque muchas de sus citas se alargarán en el calendario) y que dedica sus contenidos al paisaje, ‘i nuovi paesaggi’, en las más de 20 citas expositivas, charlas y propuestas que permiten recorrer la ciudad con nuevos ojos, regresando a algunos de sus espacios más destacados (la Fundación Merz; el Palazzo Madama; la Pinacoteca Agnelli; el Palazzo Birago, actual sede de la Cámara de Comercio de la ciudad, y uno de sus promotores...) para hacerse eco de las propuestas. En suma, una especie de PHotoEspaña en la capital italiana, que busca así mismo generar otro contrapunto en el calendario de la ciudad volcado en las artes y alejado del foco que se genera con la feria Artissima en noviembre, cuando se celebra allí su ‘Semana del Arte’.
Como en todo lo que empieza, está todo por hacer, son muchas las posibilidades de abordar la empresa entre manos. Por ello, destila en el programa un cierto aire pedagógico, de propuestas destinadas a ‘ un gran público’ que todavía ha de generar cierto gusto en torno a la foto.
Como no puede ser de otra manera, el plato fuerte del festival es una cita con triple sede que compromete a tres de los espacios artísticos más potentes en Turín y a una colección (la de la Fondazione per l’Arte Moderna e Contemporanea CRT), en parte depositada y que dialoga a la perfección con los estupendos fondos de dos de las instituciones implicadas: la ya mencionada GAM y el Castello di Rivoli Museo d’Arte Contemporanea. La tercera, sería OGR Torino, un antiguo taller de reparación de trenes reconvertido en apabullante espacio cultural desde 2017.
No sólo la escultura
Su título, ‘Expanded’, es un guiño a las teorías sobre lo que debía ser entendido por escultórico por Rosalind Krauss en 1979, aplicado ahora a la imagen. Así, ‘Expanded With’ nos conduce a la tercera planta de la ‘Manica Lunga’ del Castello di Rivoli y el empleo de la foto como punto de partida para el análisis, por parte de los artistas, de todo tipo de paisajes (el ‘ leitmotiv’ del certamen), tanto los naturales como los corporales, llevando la tesis de su comisaria, Marcella Beccaria, al uso de la imagen en la construcción de identidades, algo que queda unificado en Ana
Mendieta, con la que se arranca un recorrido que nos llevará a autores como Thomas Ruff, Demand, Ulay, Struth, W. Tillmans o Roni Horn.
En OGR Torino la coletilla ‘with’ se sutituye por ‘without’, pues de lo que se trata ahora es de generar imágenes sin la presencia de cámara, o, dicho de otro modo, subvertir lo fotográfico. Más evidente en Remo Salvadori, con su instalación escultórica a base de trípodes (‘El observador observado’), aunque más efectista en la ‘Cascada’ de Teresita Fernández: imagen fija de una realidad en movimiento, cuyas teselas brillantes recuerdan a las secuencias de los antiguos negativos fotográficos. Quizás esta cita es el eslabón más débil de la propuesta donde no debe condicionar la monumentalidad de las cuatro piezas presentadas.
Repaso de vértigo
Porque, y aunque más conceptual, donde se hace un ejercicio curatorial exquisito (lo firma Elena Volpato) es el tercer capítulo: ‘Expanded. El paisaje del arte’. En realidad, un repaso a la Historia de la foto italiana, desde ese daguerrotipo que les mencioné al principio, a la instalación creada ex profeso para la cita, en el centro de la sala, de Jacopo Benassi, con los cielos de las grandes pinturas que atesora esta colección. Sin vocación cronológica y con la idea de vértigo como hilo conductor (que asume la forma de espiral en muchos autores). Y con trato especial para Luigi Ghirri, el mismo autor que en la primera imagen de la Tierra desde la Luna vio contenidas «todas las imágenes creadas por el hombre hasta el momento».
También con su propia colección realiza una deliciosa y algo nostálgica mirada a la juventud la Fundación Sandretto en ‘ When We Were Old’, comisariada por Bernardo Follini: Collier Schorr, de nuevo Tillmans, Sarah Lucas, Moffat, Anne Gaskel... Allí cuentan asimismo con individuales Diana Anselmo y The Otolith Group.
Son otros de los platos fuertes de un festival que homenajea a un histórico de la foto italiana como Paolo Pellion di Persano (les hago volver a Rivoli), Mónica de Miranda (Polo del 900), Serck-Hanssen (Cavallerizza Reale) y Gonzalez-Torres, en Pinacoteca Agnelli y cosiendo las calles con un ‘ billboard’ de 1991 que ya estuvo en Turín en 2000. Y ferias de foto (la más destacable, The PHAIR), simposios, expos no adheridas... Turín se sobreexpone a la imagen este mes sin quemarse en el intento.