EL HASTÍO DE LA GENERACIÓN NINTENDO
Sara Barquinero monta en Los Escorpio nes una compleja historia en cuanto a la trama y la composición narrativa
Con esta creación, desbordada, excesiva y, sin duda, importante, ha llegado a la novela la que podríamos llamar generación Nintendo, la de aquellos autores que, como los protagonistas de la trama, han pasado su adolescencia jugando a ser héroes en videojuegos de la ‘play station’. De las cinco novelas insertas que componen ‘ Los Escorpiones’, hay una, titulada ‘Interludio 1. Girl Next Door’, protagonizada y narrada por Manuel, que supone una clave autobiográfica en que se podría ver retratado tanto el personaje así llamado ( su ‘ alter ego’ en la red se llama Marta) como la de Sara o posteriormente de Thomas: seres solitarios que han mezclado vida y ficción. Comenzaron con juegos de rol, pero continuaron cuando internet, pocos años después, les permitía comunicar con otros jugadores, pero sobre todo metamorfosear su identidad, y ligar, salir de su soledad ofreciéndose a otros, muchas veces en nombre ficticio y engañarles desde una identidad suplantada, sin medir el peligro de ser a su vez engañados.
Egos insatisfechos
Lo que más me ha gustado de este interludio es que refleja muy bien, aunque lo narre Manuel, esa generación de la autora (nacida en 1994), que comienza sufriendo las restricciones familiares y económicas del módem (cuando utilizarlo era incompatible con tener abierta la línea telefónica) y juega de madrugada a escondidas de los padres, para pasar en poco tiempo a la tarifa plana, desarrollarse en foros y entrar en esa otra realidad que se conoce ya como «redes sociales», donde se intercambian identidades grupales, pero también egos insatisfechos, sublimaciones de complejos y también abusos sobre los más débiles y psicológicamente dependientes.
Muchos de esos débiles terminan en suicidio y con un suicidio, el de Javier, amigo y enamorado de Sara ( aunque sin conocerla presencialmente), comienza la novela. Ese suicidio es indagado por Sara entrando en una serie de páginas y foros de suicidas, un mundo tras el que parece haber la ejecución de un juego, denominado ‘ Los hijos de Orión’ que les ha transportado a vivencias límite.
Rizoma de historias
Esta reseña no puede seguir todo el entramado complejo del argumento, con búsquedas varias que nos llevan a un rizoma de historias en las que entran otros protagonistas y escenarios, como Thomas, un músico adicto a sustancias alucinógenas varias, quien se ha retirado a un pueblo de cincuenta vecinos, en la España vaciada, a vivir el duelo por el suicidio de su marido, Ángel, y donde sufre experiencias sobrecogedoras. Esta parte, que funciona como novela inserta, me ha parecido genialmente narrada, en escenarios y dosificación de situaciones, puede leerse en la traza de ese sentido de ejemplos varios de vidas rotas por los alucinógenos.
En manos de Thomas cae una novela italiana, diario narrativo de Margherita Vitale, una malcasada romana, titulada ‘Bajo astral’. Esta novela interpolada nos lleva a los días previos a la toma del poder por el fascismo de Mussolini, en mayo de 1922. Esta novela que podría funcionar como exenta, aparte de revelarse como metonimia del hastío y la abyección con que el poder somete a una aristocracia juguetona con experiencias eróticas en salvajes orgías, me ha sorprendido por la madurez narrativa que en ella exhibe Sara Barquinero, casi como una mezcla de Lampedusa (en los diálogos matrimoniales) y ‘Salo o los últimos días Sodoma’ de Pasolini.
Otra novela es la narración de Seymour, un estudiante de Nueva Orleans quien se enamora de Allison, hasta perderla al caer ella en la red mafiosa de Michael D’ Alessandro, dueño de discotecas ‘ after’. Mientras leía todos estos saltos, unos mejor interpolados que otros, me iba explicando los debates que he conocido sobre esta magnífica novela. Ha sido juzgada a veces, a mi juicio equivocadamente, desde los parámetros de unidad de la novela decimonónica y realista, y también desde la resistencia que ese realismo estético con vocación unitaria opone a las experiencias de la literatura fantástica que necesita sobrepasar la dimensión realista y que se entiende mejor tanto desde la literatura ‘ underground’ norteamericana, como desde la de terror gótica o finalmente los videojuegos.
Pérdida de pie
Salvo ciertos excesos de una trama exacerbada ( las páginas finales de ‘ Bajo astral’ o los vericuetos excesivos que recorren por Manhattan, Sara, Thomas y Samantha (amada de Martin, un ejecutivo que desparece en extrañas circunstancias cuando se opone a financiar la empresa de los videojuegos) lo mejor de la novela resulta de comprobar que Sara Barquinero no escribe así y dice cuanto dice sin tener brújula, al contrario, la tesis que no debo revelar a la que las páginas finales nos lleva, nace de un reflexivo y hondo diagnóstico sobre la soledad, el hastío (remedador del ‘ennui-tedio’ romántico) y la pérdida de pie de una sociedad que desde su ensimismamiento individualista ha roto amarras con la realidad, creando un mundo superpuesto, en que vuelven a anidar, los poderes depredadores ( monetarios, como no podría ser de otro modo) tan fascistas como fueron estos en su día.
Una novela a la vez pletórica, desatada en la estructura, y sin embargo plenamente coherente a la que el lector disculpa excesos, porque sabe que no son caprichosos. Caminan en el orden de una literatura, ésta sí, comprometida que además (gracias) no sermonea.
UNA NOVELA A LA VEZ PLETÓRICA DESATADA EN LA ESTRUCTURA Y SIN EMBARGO PLENAMENTE COHERENTE A LA QUE EL LECTOR DISCULPA EXCESOS PORQUE SABE QUE NO SON CAPRICHOSOS
Cuando publicó ‘ La música de la memoria’ en 2015, Xavier Güell parecía estar inventando un género nuevo, una variación muy personal del «falso documental» trasladado a la novela, la ficción basada en hechos reales, sobre todo bajo la forma de falsas memorias de compositores como Beethoven, Schubert, Schumann, Mahler... Desde entonces Güell ha escrito muchos libros, y su técnica, que en ‘ La música de la memoria’ resultaba todavía un poco tosca, dado que muchas veces los protagonistas hablaban de sí mismos como si estuvieran citando una enciclopedia, se ha refinado y perfeccionado infinitamente.
Lo primero que hay que decir de ‘ Shostakovich contra
Stalin’ es que es un libro hipnótico y que una vez comenzado no se puede abandonar. Tengo que confesar mi sensación de estupor y de maravilla al leerlo. ¿Cómo puede funcionar todo esto tan bien? ¿ Cómo ha logrado Güell una recreación tan vívida, tan llena de detalles, tan apasionante? ¿Cómo es posible que una novela que no es realmente una novela se lea con tal sensación de urgencia, con tal emoción? La sencilla respuesta es que ‘Shostakovich contra Stalin’ sí es una novela, es plenamente una novela y no es nada más que una novela. Es evidente que Güell se ha documentado extensamente, y que en la pasión y seguridad con que habla de las sinfonías de Shostakovich se percibe su experiencia como director de orquesta que ha dirigido estas obras muchas veces, pero el hecho de que Güell se base en hechos «reales» y bien reales no debería engañarnos, ya que el libro que tenemos entre manos es, ante todo, una obra de arte, una creación.
Ambiente
De novelista son la infinidad de detalles, la recreación del ambiente de la época, la pasión, el humor, el exceso. De puro novelista ese misterioso encuentro con el diablo, que le aconseja que escriba su Quinta sinfonía ( y que es el mismo diablo que tentó a Adrian Leverkühn), el tremendo y caótico viaje en tren huyendo de Leningrado, la «cabalgata» fantástica de las distintas mujeres de la vida de Shostakovich, las historias laterales de los muchos amoríos del mujeriego compositor, el terrorífico encuentro del músico con Stalin en su dacha, en una cena a la que también asisten Beria, Mólotov y Zhdánov. Es posible que Stalin no hablara exactamente así, o que algunos de los diálogos no suenen especialmente « rusos » , pero esto no importa, porque no estamos ante un documento histórico, sino ante una obra de ficción, una obra de arte, una novela.
Escrita en primera persona, con un uso realmente magistral de la técnica de escenas y diálogos, de los saltos temporales y las elipsis, el relato se centra en el conflicto de Shostakovich con el régimen a partir del estreno de Lady Macbeth de Mtsensk y de los terrores y dificultades vividos por él y por tantos otros artistas soviéticos durante aquellos años temibles. A menudo se critica a Shostakovich, con demasiada ligereza, por haberse plegado completamente a las exigencias del partido. Los que hacen tal cosa no se dan cuenta de la magnitud del terror que sentían estos artistas ni son conscientes de la infinita y retorcida crueldad de la época de Stalin. Los hijos de Shostakovich teniendo que renegar de su padre, acusado de ser un enemigo del pueblo, delante de toda la clase. Para los anales de la historia de la crueldad.
La música no puede salvarnos, dice Shostakovich, dice Güell a través de él. Pero puede traernos belleza y esperanza.
ESCRITA EN PRIMERA PERSONA CON UN USO MAGISTRAL DE LA TÉCNICA DE ESCENAS Y DIÁLOGOS