ADOLPH SAX: El HOMBRE QUE INVENTABA INSTRUMENTOS
Adolphe Sax nació en Dinant en 1814 y más que vivir en la ciudad valona, se puede decir que sobrevivió. Y es que el “pequeño fantasma”, como era conocido por sus vecinos, parecía tener una extraña relación con la muerte.
Desde caídas de grandes alturas hasta intoxicaciones o quemaduras graves, Sax sobrevivió a numerosos accidentes que hubieran acabado con cualquier otro niño. Estas experiencias, lejos de desalentarlo, forjaron en él una resiliencia que sería fundamental en su camino hacia la invención del saxofón.
La trayectoria de Sax hacia la innovación en instrumentos comenzó después de estudiar en el Conservatorio Real de Bruselas. Su trabajo temprano incluyó mejoras al clarinete bajo, que patentó a los 24 años. Sin embargo, su contribución más significativa a la música fue, por supuesto, la invención del saxofón, que patentó finalmente en 1846. Este nuevo instrumento estaba diseñado para cerrar la brecha entre la proyección de los instrumentos de viento-metal y la agilidad de los instrumentos de vientomadera.
Pero sus invenciones no fueron inmediatamente aceptadas en la música orquestal. El saxofón fue utilizado en primer lugar por las bandas militares y no sería hasta décadas más tarde cuando encontró su hueco en el mundo del jazz, haciéndose famoso mundialmente y cambiando para siempre la historia de la música.
El legado de Sax en Dinant es profundo y la ciudad ha decidido homenajearle a través de esculturas de saxofones, que encontramos a lo largo del puente, y un pequeño museo. La Casa del Sr. Sax ocupa la parte baja de su antigua casa y hace un resumen de su vida y del instrumento que lleva su nombre.