El Gobierno prohibirá el uso de narcolanchas sin autorización previa
En el Estrecho de Gibraltar, la guerra que libran traficantes y cuerpos de seguridad es desigual. Con 12 metros de eslora, tres motores de 250 caballos y a 120 kilómetros/hora, las embarcaciones en las que los narcotraficantes prácticamente vuelan sobre el agua pa- ra cruzar los fardos de hachís de Marruecos a España son su arma más potente, una frente a la que no pueden competir la mayoría de las lanchas de los cuerpos de seguridad, ni en velocidad ni en número. Por eso, una de las grandes demandas de los cuerpos policiales desde hace tiempo es la prohibición del uso de las narcolanchas, tal y como hizo en 1995 Gibraltar. Ayer, esa demanda recibió la la luz verde inicial del Consejo de Ministros para comenzar su tramitación parlamentaria en forma de anteproyecto de ley.
El proyecto de veto a las semirrígidas comenzó a trabajarse con el Gobierno del Partido Popular, pero se encontró con escollos ante la posibilidad de colisionar con derechos fundamentales. El actual Gobierno prometió acelerar la tramitación y ayer el Consejo de Ministros dio el visto bueno al anteproyecto de ley de modificación de la Ley Orgánica de Represión del Contrabando, que declara las embarcaciones semirrígidas y neumáticas de alta velocidad género prohibido, aunque con excepciones.
El objetivo es facilitar que los cuerpos de seguridad puedan incautar las embarcaciones dedicadas al tráfico de hachís y contrabando de tabaco aunque no lleven carga en el momento en el que sean detectadas, algo que no ocurre en este momento. La modificación propuesta permitirá tomar en consideración parámetros objetivos, como las características técnicas de la lancha, su titularidad o la finalidad de su uso, para poder proceder a su incautación, incluso en tierra y sin carga ilícita.