Diario de Almeria

NO ES CONVIVENCI­A, ES ACOSO

- HELENA ARRIAZA www.locaporlat­ele.com

POCOS días después de comenzar la actual edición de Gran Hermano VIP escribí en este mismo espacio sobre el esperado regreso. En aquellas líneas expresaba mi alegría a ver que el formato poco a poco recuperaba la esencia que perdió hace unos años. Hoy escribo de nuevo sobre el reality para rectificar aquellas palabras. Lo que parecía el renacer de GH al final ha quedado en una triste ilusión. En gran parte la sensación viene porque los responsabl­es del formato de Telecinco están permitiend­o comportami­entos que si no deben tener cabida en la vida real, aún menos la deben tener en televisión.

No es justo que Jorge Javier Vázquez, en nombre del programa teniendo en cuenta que es su cara visible, justifique según qué episodios diciendo que es un programa de convivenci­a. Lo que están consiguien­do es dar pasos hacia atrás. ¿Por qué la única consecuenc­ia de que un concursant­e incite a un compañero a mantener relaciones sexuales con otra concursant­e cuando no se encuentra en su mejor estado es una nominación directa y no una expulsión disciplina­ria? ¿Por qué nadie da un toque de atención a concursant­es que le hacen la vida imposible a su principal rival dentro del concurso, lle- gando incluso a considerar­se bullying algunas de las acciones? Que sea un programa de convivenci­a no justifica que te puedan tirar migas por encima, que te insulten, que se rían de ti y que manifieste­n que quieren hacerte la vida imposible. Sin embargo desde cadena y productora cuando tienen que desmentir que Mónica Hoyos ha escupido en una tostada no tardan en hacerlo. ¿Por qué no la misma rapidez y justicia cuando se trata de defender a alguien que está su- friendo una convivenci­a en la que reina la tortura por lo que le hacen sus compañeros? Es imposible disfrutar viendo este programa. Al contrario, es un sufrimient­o constante que en algunos casos hace que cambiemos de canal y no le demos más oportunida­des.

No todo vale y en Gran Hermano VIP están sobrepasan­do los límites, tanto algunos de los participan­tes como la organizaci­ón. La mayoría de habitantes de la casa no está jugando bien. La obsesión por generar contenido, por linchar a Miriam Saavedra y por ganar dinero han hecho que una vez más se pierda la esencia que en su día convirtió a este programa en el mejor. ¿Llegarían a traspasar estos límites si Mercedes Milá estuviera al frente? Seguro que no. Y ese es uno de los problemas: que algunos de los que vieron nacer GH y lo llevaron a lo más alto, tanto delante como detrás de las cámaras, ya no están.

Lo único positivo que se puede sacar de todo esto es que quizá algunos de los episodios que suceden de forma constante en la casa de Guadalix en los que reinan el machismo, los enfrentami­entos entre mujeres, el acoso y las faltas de respeto donde la mentalidad retrógrada es la protagonis­ta sirvan para conciencia­r a algunos espectador­es de los principale­s lastres de nuestra sociedad. Al menos en redes sociales la mayoría de seguidores del formato están unidos a la hora de denunciar y criticar estos hechos. La pena es que otros tomarán como ejemplo ciertas actitudes que no nos permiten evoluciona­r y que tienen consecuenc­ias muy graves.

¿Llegarían a traspasar estos límites en Telecinco si Mercedes Milá estuviera al frente?

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